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A partir de ahora odio la cerveza, no quiero saber más de ella nunca más en mi vida, tengo el peor dolor de cabeza jamás visto.

-Tienes resaca tonta, producto de tu borrachera de ayer -Charlotte me está haciendo masajes en los hombros- ¿en que estabas pensando? Si tu tomas poquito, mejor dicho tú no tomas NADA - por supuesto que iba a ser énfasis en la última palabra, me haría ver mis faltas nada más al despertar, como si no tuviera suficiente con mi cabeza.

Me oculto en la sabanas y trato de recordar lo que pasó ayer, las clases en la mañana ya no podré asistir porque me quedé de largo dormida y con dolores, nunca más Sam, nunca más, me recuerdo hablando con un chico alto y cuando hago un severo esfuerzo en saber quién es, me levanto de golpe de la cama.

-Dios mío -me doy un suave golpe con la palma de mi mano en mi frente.

Lo hice, hice lo impensable, he perdido la dignidad, me desconozco aún más, se lo dije se lo dije, soy una estúpida, que habrá pensado de mi porque luego de la confesion ya no recuerdo porque me tomé otra botella, no recuerdo nada.

Miro mi cuerpo, yo lo veo bien, no consumi drogas ¿o si? respiro profundo y lento, ganas de esconder mi cabeza como un avestruz sería una excelente modo de pasar el dia.

Pero lastimosamente tengo que ir a trabajar, las charlas que me daba mi madre sobre tomar en exceso es dañino me vienen a la mente, y con una mano imaginaria las borro porque no necesito más recuerdos como esos.

Lo sé, te defraude madre.

-¿En que estarás pensando?

-Cometi un estúpido error.

-Ahora que hiciste.

-Le dije a Warren que me gusta - me froto con cólera los ojos, me siento estupida e irritada.

Me tira una almohada y como en reflejos soy una lenteja, sale impactada a mi cara.

-Has perdido mi respeto.

-Estas exagerando.

-Te desconozco.

-¡Charlotte!

-Báñate porque tu ropa apesta a cigarro y alcohol - instantáneamente me huelo, arrugo la nariz del disgusto.

Me quedo echada durante el resto de la mañana, sin ánimos de querer salir y dar la cara, pero tengo un trabajo que no.me quejo, la paga es decente porque los adolescentes de hoy día y me incluyo nos volvemos locos con cada cassette a la venta, y para otros los vinilos, y además siempre he pensado que todo lo que sale en la televisión la gente lo compra sin dudarlo, el consumismo parece una adicción para este país desarrollado.

Ya en la tienda me encuentro con una Kylie perdida en la santa luna, porque varias veces se ha equivocado en las labores, como poner los productos en los estantes equivocados, la francesa andaba murmurando y hablando para si misma, que bueno que la jefa no está o sino la hubiera regañado incontables veces.

Don't f*ck Sam ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora