48. El arte de competir.

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—¡Julie, salimos en quince! —exclama Ashley saltando de lugar en lugar como una criatura que esta por recibir un regalo.

Observo con diversión a la rubia convertirse en un cuerpo de nervios. Hoy me encontraba particularmente feliz y no era sin razón.


FLASHBACK.

La noche había caído y era momento de dejar de evitarnos. Me encuentro en mi habitación, hojeando una nueva revista de moda mientras espero lo inevitable. Que Becky y Jenna vengan a dormir. Resaltando el Becky.

La cena ya había tomado lugar hace media hora y Fel nos ha hecho dormir a todos temprano por la competencia de mañana. Algo sobre energías y esas cosas.

La puerta se abre de repente y es ni mas ni menos que Becky. La rubia tiene una coleta, una sudadera que le queda grande y unos jeans apretados. Al verme con desdén, pone sus ojos en blanco mientras suspira.

—Hola, Becky —digo sentándome en mi cama. No sabia que demonios estaba haciendo, pero mientras la conversación siga, lo descubriré.

—No quiero hablar contigo, Juliette —murmura sin mirarme.

—¿Para que son esas pastillas? —pregunto con curiosidad —bueno, curiosidad entre comillas, no podía importarme menos— mientras veo como saca unas cuantas pastillas de su bolso.

—Alergias —responde.

—¿De qué eres alérgica?

—De zorras —responde sin dudarlo, esta vez si me mira victoriosa.

Esta bien. Eso no fue a mi favor.

—¿Por qué tan amarga? —pregunto observándola con diversión mientras traga su pastilla para la alergia—. La vida puede ser una mierda a veces, Becky pero hay que sonreír como sea, ¿sabes?

—¿Quién eres tú para decirme que debo sonreír?

—Una chica que esta sufriendo mucho actualmente —me alzo de hombros y logró que por primera vez, mi voz no se apague al final de la frase.

—Juliette —dice girándose por completo para mirarme—. No te metas.

Suspiro mientras mis ojos ruedan como bolas de billar. Esto estaba por sacarme de quicio.

—Como quieras.

Nuestra conversación termina ahí y es cuando Jenna entra a la habitación. La castaña entra de lo mas feliz mientras se ríe llenando el silencio que hace unos segundos inundaba la habitación. Sin embargo, nos ve y se calla inmediatamente tal como puerta que es azotada contra el marco.

—Becky, pensé que ibas a estar con Hunter —comenta mirando a la rubia.

—Sí, ya sabes. No me siento con ganas de se...

—Entiendo —corta Jenna con una sonrisa incomoda mientras me echa una rápida mirada.

Siento como si un gato —en este caso gata— me araña el corazón. Nunca habíamos llegado a esos niveles con Hunter y al parecer nunca lo haremos pero Becky no tenía porque mencionarlo. ¿A quién le interesa como estos dos se van a lanzar un rápidito en el baño porque en la habitación están Tanner y Chris? Sintiéndome incomoda, bajo mi mirada.

La Tregua Perfecta (Completa) (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora