—Galletita, quédate quieta —habla Hunter desde el otro extremo de la habitación. Tiene que espalda recargada contra la pared, brazos cruzados y una expresión de tranquilidad que ahora mismo estoy envidiando—. Todo va a salir bien.—Es fácil decirlo, ¿no lo crees? —me detengo y elevo una ceja al mirarlo—. Es mi primer desfile sin mamá... Oh joder, lo echaré a perder.
—No, no lo harás —mi novio intenta relajarme. Se acerca a mi a pasos seguros. Coloca sus manos en mis hombros y masajea lentamente. Tuerzo mi cuello y dejo escapar un suspiro—. No has estado durmiendo, no has estado comiendo. ¿Crees que no me doy cuenta?
—¡No estas ayudando! —exclamo frustrada.
Este desfile me tiene estresada hace semanas. No es solamente un desfile, es el primer desfile donde estan mis propios diseños y no los de mamá. Theresa me ha dado la libertad de poner casi todos las prendas que van a exhibirse hoy. El mundo tiene que conocerme como diseñadora.
Theresa me ha enseñado todo y por eso le estaré eternamente agradecida. ¿Pero que si hago algo mal y hecho a perder todo? ¡Es el trabajo de vida de mi mamá! No puedo hacerlo, joder, esta dicho. No puedo.
Paso mis manos por mi cabello con inquietud. Quiero irme, no puedo quedarme aquí para presenciar esto. Es mejor si que quedo en casa y luego... Luego reviso internet para saber que pusieron.
—No quiero que si quieras pienses en largarte —Hunter interrumpe el hilo de mis pensamientos. Me hace girar para quedar frente a él. Sus brazos me atraen hasta que mi rostro queda pegado a su cuerpo. Cierro mis ojos con fuerzas y respiro el aroma que tiene su colonia—. Eres increíble Julie, y tu línea también. Sé que nada de esto es fácil. No quiero imaginar que es estar en tu lugar y dirigir todo esto con tan solo diecinueve años. Lo que sé con certeza es que eres una mujer fuerte. Tienes el mundo a tus pies, Galletita. Tus diseños son fantásticos y si la gente no sabe apreciarlos, pues que se jodan.
Dejo escapar una carcajada. Suelto un suspiro de alivio. Esas palabras y de esa persona, son todo lo que necesitaba. Tomo una profunda respiración y me deleito por unos momentos de los latidos del corazón de Hunter.
—Gracias, idiota —murmuro aferrándolo con mis brazos. Se separa levemente de mi, pero solo para volver a acercarse y besarme en los labios.
Cierro mis ojos disfrutando la sensación. Mis manos se cuelan por su cabello y lo desordeno, le encanta que haga eso. Me presiona más a su cuerpo, como si el beso no fuese suficiente.
Camina conmigo sin romper el beso hasta que mi espalda choca contra la pared del camerino sin utilizar en el que estamos. Solos.
Jadeo cuando sus besos hacen un recorrido pasando por mi mandíbula y deteniéndose en mi garganta. Chupa y besa a su gusto, la verdad es que Hunter me ha pedido varias veces que no deje chupones en su cuello, ya sabes, por todo el rollo de modelo. Sin embargo, nunca le hago caso y siempre termina por cubrirselos.
Cierro mis ojos con fuerzas al sentir sus manos traviesas por mi cuerpo. Ha pasado un año desde que perdí mi virginidad y Hunter me enseñó mas o menos, de todo en este tiempo. No obstante, sigo sintiéndome inocente de vez en cuando.
—¡JULIETTE! —vocifera una voz afuera de la habitación. Planeo ignorarla, esto es mucho más divertido. No me funciona tanto, aquella persona golpea la puerta con fuerzas y continúa gritando mi nombre.
Se vuelve insoportable. Gruño y aparto a Hunter quien no parecía querer dejarme ir. Doy grandes zancadas hacia la puerta y la abro con brusquedad.
—Dios mío, tu cabello —musita Acacia al verme. Mi hermana no tan menor de ya 17 años me observa con sorpresa. Sus ojos pasan de mi a Hunter y lo entiende todo. Pone una mueca de asco—. ¿Crees que estas en la secundaria todavía para andarte morreando con tu noviecito a escondidas? ¡Hay todo un mundo esperándote afuera!
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La Tregua Perfecta (Completa) (BORRADOR)
Teen FictionHunter Thompson tiene el rostro que todos quieren tener y el trabajo que mas de una persona desea. Con 17 años es modelo y jugador estrella de la preparatoria. Tiene todo lo que las chicas quieren... Menos lo que Juliette Williams quiere. Ella quier...