—Julie... —murmura Becky Halbrook intentando controlar su respiración.
Sin entender nada, me hago a un lado. Ella entra a casa con sus manos enterradas su rostro. Nunca le he visto tan perdida y destruida como ahora.
Frunzo el ceño.
—¿Qué pasó? —le pregunto cuando cierro la puerta.
No contesta.
Mis ojos la ven tan frágil y vulnerable que no le doy crédito a la situación. Es como si Becky la capitana de porristas se hubiera ido. Me acerco y la rodeo con mis brazos cuando pone su cabeza en mi hombro, solloza con más intensidad—. ¿Estás bien? ¿Algo le pasó a Hunter?
No sé por qué pregunto eso último. Pero si unimos todo, Hunter y ella son mejores amigos, no sería sorpresa que esté llorando para informarme su muerte. Uh... Mejor alejo esos pensamientos.
Comienzo a desesperarme al ver que no contesta. Apenas somos amigas y viene a mi casa a las dos de la mañana hecha un desastre. Le doy una rápida mirada al piso de arriba para ver si he despertado a alguien, pero no veo a nadie y las luces siguen apagadas.
—Ven, vamos —digo y tomo su brazo para que me siga.
A paso lento, subimos las escaleras. Ya ha dejado de llorar para cuando entramos a mi habitación. Enciendo la luz y le digo que se siente en mi cama.
Con una mejor luz, puedo ver su aspecto completo. Tiene las mejillas sonrosadas y sus ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Percato que tengo una botella de agua a medio beber en mi mano y se la extiendo. La acepta y le da un trago. Cuando la deja en mi mesita de luz, por fin habla:
—Lo siento por haber venido así, no sabía qué hacer —dice con la cabeza gacha.
—No hay problema, pero... ¿Qué pasó? —le pregunto muerta de la intriga. No soy la persona más paciente del universo.
La rubia sube la mirada y se corre un mechón de pelo que estorba su vista.
—Hunter —suspira.
—¿Murió? —elevo una ceja.
Niega.
—Yo... Creo que estoy enamorada de él — murmura finalmente.
Alzo mis cejas sorprendida. Estoy segura de que el idiota estará más que feliz al oír eso. Más feliz que niño en navidad. Quizá yo no tanto como lo estaría antes, pero qué se puede hacer.
—¿Y por eso lloras? Sé que es un insufrible pero...—titubeo.
—Sabía que Hunter tenía sentimientos por mí, pero yo... Yo nunca los correspondí. Me siento como una mierda, está enamorado de mí desde hace años...
Huh, no me digas.
—Eso todos los sabíamos —le cuento y su rostro parece perder el color.
—Soy una estúpida.
Puede.
—¿Entonces por qué viniste aquí? —pregunto. Esta chica está más lejos de ser mi amiga que las vacas de volar.
—Porque estaba en casa de Hunter. Estábamos viendo una película, una de sus favoritas y él ni siquiera le prestaba atención. Estaba... perdido. Le pregunte mil veces que le sucedía y de repente se levantó y me dejo sola —toma aire y noto que está a punto de volver a largarse a llorar—. Corrí a buscarlo y comenzó a comportarse extraño... Me dijo que no podía seguir haciendo esto nunca más y esas cosas. Que ahora le gustaba más que antes y yo nunca sentiría lo mismo.
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La Tregua Perfecta (Completa) (BORRADOR)
Novela JuvenilHunter Thompson tiene el rostro que todos quieren tener y el trabajo que mas de una persona desea. Con 17 años es modelo y jugador estrella de la preparatoria. Tiene todo lo que las chicas quieren... Menos lo que Juliette Williams quiere. Ella quier...