QUINCE

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-Perdón - dijo vagamente.

-Rosie - la voz de Charlie le genero un gran escalofrío en todo el cuerpo.

Quería verlo a los ojos, pero no logró hacerlo al instante. Tuvo que tomarse un momento y al hacerlo sus miradas se conectaron. 

El ámbar y el celeste se mezclaron en una única mirada. Podía notar como él se disputaba entre hablar y no hacerlo, estaba claro que la había descubierto. 

Iba a hablar primero, pero la sensación de la mano de Charlie tomando su antebrazo la dejó muda. Él la jaló y logró levantarla del piso, y solo se quedaron quietos en silencio.

-Gracias - logró articular luego de lo que pareció mucho tiempo observándose en silencio. Él estaba demasiado cerca, podía sentir su aliento en el rostro, iba a agregar algo más, iba a arriesgarse y a darse a conocer, pero las palabras de la chica del baño le bailaron en la mente como grandes letras de neón lo harían en un espacio virgen.


¿No había alguien mejor de quien enamorarse? 


¿Y si ella tenía razón? Tal vez Charlie solo era un rostro bonito que la había cautivado. 

Lo observó a los ojos de nuevo, y terminó desviando la vista a sus labios. Quería besarlo, realmente lo quería y estaba tan cerca. Pero luego recordó las cosas malas que lo había visto hacer a lo largo de todos los años en que habían ido a las mismas escuelas. 

Él no era una buena persona. ¿Por qué lo amaba?

¿Realmente lo amaba?


Se alejó de él cortando el hechizo que los había dejado quieto a los dos en medio del pasillo.


-Rosie yo... - comenzó a hablar él, pero no termino la oración. No sabía que decir.

¿Y como iba a saberlo? Él no era agradable con nadie salvo con sus supuestos amigos. Era altanero, egoísta, cruel, se vivía burlando de los demás. ¿Por qué debía de ser distinto con ella?

Seguro la estaba buscando en complot con Paula, o con alguno de sus amigos. Era imposible que él hiciese algo desinteresado. Algo tenía que sacar de todo esto. De pronto la abordaron las ganas de llorar, pero debía resistirlo.

¿Lo más seguro? Él quería ridiculizarla.


El mundo de pronto se hizo más claro, pareció como un cristal que de pronto se rompió y la dejó ver todo con mayor profundidad.


Claramente Charlie jamás la amaría, que estúpida era por haber creído en ello tanto tiempo.

Tenía que alejarse de él y tenía que ser ahora. 


-Me tengo que ir - le dijo alejándose unos pasos. Pero el la sostuvo de la muñeca evitando que se fuese.

-Te amo - Le soltó sin más. Ella volteó a verlo.

-¿A caso te crees que soy tan idiota como para creerme semejante estupidez? - y sin más se soltó de su agarre y salió corriendo del sitio con el corazón latiéndole a mil por hora, el estómago echo un nudo y la mente totalmente confundida. 









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Pd: chicos, hace miles que no escribo esto. Y como repetí mil veces ya, odio esta historia. Solo escribo esto para hacer feliz a una amiga y terminarla de una maldita vez. 

En fin, la cuestión... si le pifeo en algún detalle, perdón. 

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⏰ Última actualización: May 29, 2018 ⏰

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