Creep.

Doubt.

Y allí estaba en medio de las vísperas de navidad pensando en ti. Intentando no ser una patética más que te necesita para sobrevivir, intentando no ser parte de aquel montón que habías creado. Intentado buscar pequeños detalles para salir de allí pero, ya no me conocía, ya no me sentía como yo...Ahora era una completa extraña que se miraba en el espejo y solo veía defectos. Que se miraba en el espejo y creía que no podía hacer nada para siquiera serte útil, para siquiera hacerte feliz porque tu lo tenías todo.

Tenías felicidad. 

Tenías amor.

Tenías dedicación. 

Pero sin embargo intentaba omitir esos pequeños detalles, intentaba cegarme con la excusa de; No te conozco...Quizás me necesites. Y aún no lo sabré, y aún no sé si eso es lo que quiero creer para sentirme mejor, para creer que todo eso...Que todo esto era...O es real. Intentaba cubrirme los ojos y huir de todo lo que amenazaba con destruirme mis ilusiones contigo. 

Mis esperanzas.

Te habías vuelto sagrado en mi vida, tanto así que estaba comenzando a destruirme porque...No veía ningún defecto en ti...Ninguno significativo. Me estaba convirtiendo en esas, en una más, llena de inseguridades y complejos, llena de modismos sociales sólo porque tenía miedo de no gustarte, sólo porque tenía miedo de perderte...Me daba tanto miedo porque...Todo a penas comenzaba y tenía pintas de terminar de inmediato, tenía pintas de simplemente esfumarse y desaparecer. 

Yo no quería cometer los mismos errores contigo. Yo no quería perderte tan pronto.

Estaba en medio de un mar de duda, en medio de un mar e incertidumbre de nuevo. Estaba con dos grilletes en los pies, que me arrastraban a lo más profundo del mar, que me jalaban a mi propia perdición. Cada eslabón era más pesado que el otro. De tan sólo recordar...Me hace querer dudar de todo nuevamente. 

Las noches eran frías y llenas de preguntas; ¿Él es el indicado? ¿Él es quién realmente quiero? ¿Realmente tengo sentimientos por él? 

Cada palabra dolía más que la anterior. 

No quería dejarte pero, quizás no me convenías. No quería aceptar ese hecho...No quería aceptar el hecho de que habían muchos factores que nos separaban, nos separaban lo suficiente como para ponernos en polos opuestos, para hacernos perfectos desconocidos que jamás deberían cruzar sus caminos....Que jamás lo harían.

De nuevo la ansiedad. 

El miedo a perderte. 

No podía hacerlo sin ti, por algún motivo. 

Apareció una pequeña en medio de esa duda, una pequeña que me abrumó con sus palabras gélidas y realistas, con palabras que pronto tomarían un giro muy fuerte para su vida pero, que agradezco realmente. Palabras que en aquel momento me hundieron tanto que, pronto estuve al borde de aquel balcón de mi casa, sí, ese borde que esta precedido por un gran vació. 

Pero no la culpé y, no la culpo...Pues, sólo yo podía entender esa clase de cosas y no podía pretender que alguien que a penas me conocía comprendiera mis sentimientos, comprendiera mis problemas....Comprendiera y tuviese precaución. 

No podía. 

Pronto la isla se hizo más grande y más grande. Ya no habían más personas en ella, ya no quedaba nadie más que...Tú y yo. Intenté buscarte de nuevo con temor de encontrar algo que pudiese arruinarnos ¿Sabes? Alguien más, alguien menos. Alguien que rompiera todo lo que mis dudas estaban causando y lo resumieran a un solo acto a una sola respuesta. 

No me quería precipitar pero, mientras más me acercaba a ti, mientras mas intentaba besar tus labios...Más y más grande se hacía la brecha entre nosotros..Una brecha que no podía distinguir como tal pues...No tenía esas pintas peligrosas, parecía ser sólo un huequito más en el suelo pero...Al acercarme lo suficiente...Noté que...Esa brecha era enorme...

Me confié, y entonces caí allí dentro...Volviendo mis días aún más miserables. 

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