Cuentame.

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Sentía algo de calor, mis párpados empezaban a recobrar fuerza e intentaba abrirlos.

Al abrir mis ojos lo primero que vi fue un techo hermoso  a pesar de que tenia un color café, el candelabro que tenia era hermoso. La luz de las velas hacían que este brillará como si fuesen estrellas.

Me incorporé un poco, la cama donde estaba  era enorme, tenia sabanas en color rojo y dorado, al ser yo pequeña quedaba como un muñeco en medio de esta cama.

¿Que había pasado? ¿Quien me había traído aquí?

Solo recordaba que había visto a primo, el líder de los Vongola, creo que había tenido un sueño, ya que eso no podría a ver pasado.

La puerta de la gran habitación donde estaba se abrió, dejándome de nuevo sorprendida, no había sido un sueño, estaba viendo a Primo.

- ¿Te encuentras bien? - su voz era suave y tranquilizadora.

Yo sólo asenti.

- ¿Como te llamas?- titubie un poco antes de contestar.

- Lizzy, me llamo Lizzy-  susurré.

- ¿Cual es tu apellido? ¿De donde eres?-

Abrí la boca pero la cerre, por alguna extraña razón solo recordaba mi nombre, de donde venia no podía decirselo, sentía algo de confusión en mis pensamientos.

- Yo... no recuerdo, no recuerdo nada más que mi nombre-

- Perdiste la memoria- habló para si mismo.

Se abrió la puerta de nuevo, entrando la mano derecha de Vongola Primo, G.

- Giotto, no pude encontrar alguna información necesaria-  la mirada del pelirrojo iba de su mejor amigo hasta mí, dejándome una sensación extraña.

- Gracias G,  ella no recuerda nada solo su nombre, se llama Lizzy, perdió la memoria, por ahora ella estará bajo nuestro cuidado así que informales a los demás ¿Quieres?-

- Sabes que no podemos ir en tu contra, como tú quieras-  G se retiró no sin antes darme una ultima mirada.

Mi mirada se quedo en la puerta donde segundos antes había salido el pelirrojo.

- Por ahora te quedarás aqui, buscaremos información sobre ti para que puedas regresar a tu hogar, no sabemos que te pasó y el que no recuerdes nada eso dificulta las cosas, solo una cosa más... ¿Como me reconociste?  Solo algunas personas saben que soy el Primo, los demás me llaman Giotto-

No sabia como responder esa pregunta, si decía algo erróneo ellos me echarían fuera de la casa dejándome en la calle y yo sin saber como regresar.

- No lo sé, siento que te conozco pero no recuerdo nada-

- Está bien, pronto te traerán algo de ropa y te llevaran al salón donde te estaré esperando, te presentaré a los demas, siéntete como en casa- me sonrió.

No era mentira cuando la historia decía que Giotto fue una de las personas más  nobles de la mafia.

Salió de la habitación dejándome sola, a los pocos minutos entró una señora algo mayor, dejó ropa en mi cama y me ayudó, me ayudó a darme un baño a fondo, eso fue vergonzoso,  después me ayudó a vestirme.

Era un vestido lo que tenia que usar, en realidad no me gustan los vestidos pero era lo que usaban en esta época.

Era de color azul cielo, sencillo pero muy bonito, estaba sorprendida como me había quedado, ya que por apariencia se veía muy chico para mi complexión.

Me ayudó a peinarme, haciendome una coleta alta, pero al tener el cabello corto cabellos salían haciéndolo un peinado casual, puso un listón blanco y lo hizo nudo dejando un moño. Me ayudó también a ponerme zapatos, los cuales eran de piso muy cómodos.

Ella me indicó que estaba lista y teníamos que salir, me llevaría hasta la sala donde ya me esperaban.

Abrió la puerta del salon, dejándome ver  a todos los presentes, ahí habían siete personas, los seis guardianes y Vongola Primo.

- Adelante pasa, Lizzy, te presentaré - Giotto me llevó hasta en medio de la habitación.

- Chicos, ella es Lizzy, perdió la memoria y G y yo la rescatamos de dos personas peligrosas, por ahora ella quedará bajo nuestro cuidado, así que espero que también cuiden de ella como lo hacen conmigo-

Todos los presentes me miraron, me sentí intimidada.

- Bienvenida- me dijo el guardián de la lluvia.

- No tengo objecion- el guardián del rayo era igual que Lambo.

- Será interesante tener una chica aqui Nufufu-  el guardián de la niebla me daba escalofrios, entrecerre los ojos un poco al recordar todo lo que pasaría por su culpa.

- Uhm- como siempre, el guardián de la nube guardaba sus opiniones.

- Claro que sí, bienvenida- el guardián del sol se veía tan activo.

Y por ultimo, el guardián de la tormenta.

- No diré nada ya que es tu voluntad, solo que tendrás que hacerte responsable de ella-

- Claro que sí, gracias a todos-  les sonrió agradeciendoles.

Sentía un gran alivio al ser aceptada, al menos hasta que encontrara una forma de regresar.

Por ahora trataría de disfrutar este momento conociendo a alguie al cual pensé que no existía.

Ser Diferente No Me Impide Amar. Giotto Vongola.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora