Tres años a tu lado y una vida recordando.

Capítulo 5: jardín de recuerdos.

Gracias a que me he liberado de aquel incesante recuerdo puedo retomar la línea cronológica de eventos o por lo menos tratare de hacerlo.

El otoño había comenzado y era apreciable en casi todos los arboles de la zona, excepto por los que rodeaban la mansión de Naomi, como he mencionado con anterioridad, estos parecían los únicos exentos de aquella condición. Había cruzado la cerca que tanto acostumbraba ¿en algún momento aquel hueco sería tan estrecho que ya no cabría por este? Si ese fuera el caso ¿Cuál sería la solución impuesta por la bruja? Podría simplemente quitar la cerca, pero esta servía como una barrera para que los humanos desistieran en adentrarse más, tal vez ¿podría hacer una puerta por donde yo pudiese entrar especialmente? O tal vez utilizaría su magia para encogerme como en el cuento de Alicia.

Con estos pensamientos en mi mente llegue a la gran mansión notando la ausencia de mi acompañante de juegos, ella solía pasear por los grandes jardines, cantar o hacer alguna actividad al exterior y en caso de encontrarse en el interior de aquella extensa casa emanaba de esta una suave melodía acompañando la voz de Naomi, sin embargo la misma atmosfera parecía melancólica como si este lugar extrañara a su dueña, la puerta trasera de la mansión se abrió mostrando un rayo de esperanza el cual se desvaneció al ver la silueta de Shannon quien había salido a recoger algunas flores para los floreros que solían adornar la mansión, nuestras miradas se cruzaron por lo que hice una leve reverencia en forma de saludo, esta sonrió mientras movía su mano pidiendo acercarme.

-lo siento mucho pequeña Annya pero la señorita ha salido con Kanon y Ronove.

Shannon tenía varias cosas en una gran canasta tejida para completar su tarea, no pude evitar encogerme ante aquella respuesta negativa, no mantenía mala relación con los sirvientes y era divertida las pláticas con ellos sin embargo la ausencia de Naomi era una invitación para que me marchase.

Bajé la cabeza con algo de tristeza, seguramente esta ausencia solo se trataría de uno o dos días sin embargo el pasar el día en Celes no era mi actividad preferida, los niños jugaban con tranquilidad buscando una forma de como pasar el tiempo, aquello era algo tentador pero mis juegos con Naomi me hacían más difícil relacionarme con mis compañeros y la opción de pasar el tiempo en casa era simplemente desalentadora. Mi madre solía trabajar hasta el anochecer y dejaba la comida preparada para que pudiese merendar pero la casa se encontraba en completa soledad y silencio aunque desgraciadamente en caso contrario de encontrarse mi padre sin duda estaría ebrio y excluido de sus 5 sentidos.

Shannon notó esta conducta y se arrodillo dejando su cesta sobre el suelo, acariciando suavemente mi cabeza tratando de procurar algún consuelo.

-¿quieres ayudarme? La señorita Naomi no puede ver nada, aun así nos gusta tener la casa justo como cuando era pequeña.

Asentí con la cabeza, Shannon se levantó y retiro el gran sombrero que llevaba para posteriormente colocarlo en mi cabeza, este se hundió cubriendo mi vista, tarde algunos instantes en acomodarlo para obtener una mayor visibilidad esto provoco la suave risa de Shannon quien tomo mi mano para dirigirnos al jardín de Rosas. El jardín de la bruja se encontraba hermosamente cuidado y lleno de flores de todos los tipos y colores, las más dominantes eran unas hermosas rosas rojas cuidadas con extremas atenciones.

Crisantemos "Ningún amor será comparable al nuestro". En el lenguaje de las flores, el crisantemo simboliza fidelidad, optimismo, alegría, la eternidad, de esta forma cada uno posee un significado único dependiendo del color, el rosa es la expresión de "un amor frágil"; el blanco significa sinceridad, verdad, amor leal "el fin de nuestro amor me ha dolido profundamente"; el azul significa que "el amor se acabó, no me costó mucho superarlo"; el amarillo es un amor rechazado; el violeta, "no soporto la idea de perder tu amor" y el rojo "te amo intensamente".