Tres años a tu lado y una vida recordando.

Capítulo 8: Los niños perdidos en el bosque.

En medio de aquel bello lugar, en medio del anteriormente puro cuerpo de agua ahora carmesí, un cuerpo temblaba aferrándose a uno aún más débil y frágil, esa visión era algo indescriptible, un sinfín de emociones se agolpaban en mi interior, las lágrimas de Naomi no se detenían. Kanon tomo a la pequeña pero no fue de forma inmediata, sus manos dudaron un instante antes de rozar las de Naomi para arrebatarle aquella carga, tal vez fue mi imaginación pero por un breve instante cuando las manos de ambos se rozaron esta simplemente se desvaneció, la silueta de la bruja era casi traslucida y poco visible, como he dicho no descarto la posibilidad de que haya sido producto de mi imaginación o una ilusión óptica pero en esas condiciones realmente parecía que se desvanecería en cualquier instante.

Naomi se levantó algo tambaleante, sus pasos eran lentos, su rostro parecía una rosa marchita antes de extinguirse entre tus dedos, Shannon trato de socorrerla pero esta le prohibió acercarse al agua, finalmente salió de ese lugar justo antes de caer con fuerza al suelo, Ronove no tardo más de una milésima de segundo en aparecer y tomarla con delicadeza.

-mi señora, es usted un verdadero dolor de cabeza.

Naomi sonrió débilmente ante ese comentario tratando de levantar su mano

-pero soy tu dolor de cabezas, debiste haber venido más rápido, realmente Beatrice tiene razón eres muy molesto e inútil.

Tras decir estas palabras Ronove la cargo como si de algún bulto se tratase colocándola sobre su hombro ante la mirada atónitas de todos, la mitad del torso de Naomi colgaba mientras era movido bruscamente por el demonio, su cabello aun húmedo tocaba el suelo mientras avanzábamos, en la espalda descubierta de Naomi se lograba apreciar algunos pronunciados rasguños de los que aun escurría un poco de sangre manchando la blancura de su piel, aquellas heridas comenzaban a sanar "lentamente" o al menos en comparación de la rapidez con la que sanaban las heridas de la rubia, esta profería ligeros quejidos casi imperceptibles no sé si por el dolor o la incomodidad de su posición.

Kanon cargaba a la pequeña mientras Shannon y yo caminábamos tomadas de la mano, de un instante a otro ocurrió algo que no esperábamos y eso fue el ver como Ronove soltaba a su ama seguido por un fuerte estruendo causado por el cuerpo de Naomi, esta pareció no sentirlo, se encontraba tranquila, he de admitir que creí su deceso pero al observar con detenimiento aun respiraba.

-¡al fin se durmió la señora!, no soportaba más sus reclamos.

Ronove se estiro ante las miradas primeros sorprendidas, luego acusadoras y molestas de los dos sirvientes, solté la mano de Shannon para dirigirme a la silueta que yacía en el suelo, su rostro aún se encontraba algo pálido pero sin duda tenía un mejor aspecto, retire suavemente los mechones dorados que lo cubrían para observarla mejor por fortuna aquella caída no había añadido más pesares a su cuerpo, le dirigí una mirada despectiva al demonio, él solo sonrió.

Si de algo estaba segura era lo peor que alguien pudiese hacer seria meterse con aquel demonio.

-Ronove si usted lo desea yo puedo llevar a la señora...

Kanon había hablado, le preocupaba su señora y tal vez quería estar cerca de ella, asegurarse que no se desvaneciera, aun así el mayor negó antes de tomar uno de los brazos de la rubia, solté su cuerpo por instinto retrocediendo algunos pasos, Ronove halo de su brazo como si fuese solo un objeto, alguna muñeca de trapo sin el mínimo cuidado por su ropa o su seguridad.

-ahora si podemos continuar nuestro camino.

Tras afirmar esto continuo jalando de este sin que el cuerpo de la bruja pusiese alguna resistencia u oposición y tampoco parecía algún esfuerzo de parte del demonio, esto iba en contra de todo el cuidado y delicadeza que se debía tener con un ser humano sin embargo eso no suponía problema para ellos solo los humanos mirábamos algo incomodos la escena, a mitad de camino mi bruja despertó, abrió los labios mientras aún era jalado por este, él la soltó casi inmediatamente