Knd para Siempre...

Niñero/Niña

Cargando Misión para los Chicos del Barrio
Operación: Relación
Relación
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Neutras

Flash Back

Hace seis años.

- No necesito un niñero mamá, se cuidarme sola - mencionó la niña intentando persuadir a su madre.

- Tienes diez años Rachel, necesitas que alguien te cuide -

La niña sólo bufo, otra estúpida niñera, pensó con hastío, no importaba, todas eran iguales, ancianas que dormían toda la noche mientras ella salía a trabajar como la Directora de Tácticas de Espionaje del Sector Principal de Knd, pasaban unos cuantos días hasta que ellas notaban que desaparecía y se marchaban molestas diciendo que era imposible cuidar de ella, algo simple y rutinario.

- Y nada de escapar esta vez jovencita o estarás castigada -

- ¿Quién es la afortunada esta vez?¿Será acaso la Señora Diraz?¿Tal vez la Señora Dreyar o la nueva vecina? -

Su madre sonrió mientras le acariciaba los cabellos, despeinandola ligeramente.

- Para tu información quien los cuidará esta noche no es alguien mayor y mucho menos es mujer -

- ¿Qué? -

- Es un chico del barrio -

- ¿¡Qué!? -

- Así es un muchacho de la calle, vive a tan sólo unas casas de aquí -

Rachel dejo escapar todo el aire que sin darse cuenta había retenido.

- ¿Donde está el idio... digo mi hermano? -

- Tenía una pijamada esta noche -

- Ya veo -

En ese momento el timbre sonó por toda la casa, su estúpido niñero había llegado,  mientras su madre subía a terminar de arreglarse, su padre se encamino a abrir la puerta, ella sólo espero ahí, sentada al pie de la escalera, no estaba de humor para aguantar a nadie, no después de lo que había ocurrido, había pasado cerca de una semana y Knd aun no se reponía de un golpe como ese, 274 los había traicionado, el líder supremo, el mejor knd de la historia, quien había vencido a "La Pandilla del Gorila", su mentor, su admiración, su amigo, su secretamente "chico favorito". Uno le había contado todo, el día siguiente harían el tradicional juego de las traes para elegir al próximo líder supremo y carajo su cabeza no podía con tanta información, no le importaba quien fuera su nuevo niñero, no duraría más que esa noche.

- Rachel, llego tu niñero -

En ese instante, al reconocer aquella cabellera rubia, sintió que el alma se le iba del cuerpo.

Se quedó así, quieta, de pie debido al impacto, no le importo que la viera con su pijama de los simios arcoiris ni mucho menos que una risa asomara por sus labios, sólo se quedo ahí, sólo observándolo,

- Rachel linda ¿Por qué lloras?¿Esta todo bien? - pregunto preocupado su padre.

La rubia paso su mano por su mejilla y sólo entonces se dio cuenta de que lloraba, tenía tanta rabia contenida y el verlo ahí de pie con su típica sonrisa socarrona y arrogante, mirándola como si nada, como si no hubiera roto su confianza, como si no formará parte de los estúpidos Adolescentes ya, de no ser por su padre que se encontraba presente, aquel estúpido rubio ya estaría de cara contra el piso.