Después de veinte años del asesinato de Alf. Gabriel y Liam serán unidos por una propuesta de estudios que consiste en enseñarse mutuamente.
Su unión no solo traerá amor y sonrisas.
Después de encontrar el Diario de Alf los dos muchachos emprenderán...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
01 de Diciembre del 2015
Martes
El cabello castaño de Liam no dejaba de saltar de un lado a otro mientras daba grandes pasos por el patio de la escuela. Estaba tarde. Tiró la puerta principal de un empujón y entró a la escuela. Normalmente acostumbraba a llegar tarde, pero los martes no, no podía. Atrás de Liam, Gabriel también corría para llegar a la clase de sociales. Todo el colegio sabia como era el profesor de sociales con la hora, si no estabas a tiempo en el salón, no entrabas a su clase. El cabello rubio de Gabriel daba pequeños saltos pero no dejaba de mantener su forma. Gabriel era mas rápido que Liam, a decir verdad era uno de los mas rápidos del colegio, giró hacia la derecha para poder llegar a la clase de Sociales lo más rápido que fuera posible y sin darse cuenta chocó con Liam provocando que el castaño caiga al suelo amortiguando su caída al poner sus manos en el piso. Gabriel lo miró derrumbado en el suelo y quiso ayudarlo, pero al ver que la puerta del aula aun estaba abierta no pudo detenerse. Dejo a Liam en el suelo y corrió hacia el aula. Liam aun tumbado en el suelo, se arrodilló y luego se levantó. Maldijo al rubio y se sobo las manos que le habían comenzado a arder.
Cuando Gabriel llegó a la puerta descargo todo su cansancio en un suspiro y se repuso en un instante. Su frente había formado una pequeña capa de sudor en ella y su cabello estaba un poco revuelto, sin embargo no malograba su aspecto. Es mas, lo hacia mas ardiente para las chicas.
―Señor Gabriel, que suerte tiene que no haya cerrado aún la puerta.―La voz del profesor regordete se escuchó en todo el aula―, ¿me haría el favor de cerrarla?―ordenó.
Gabriel agarró la manija de la puerta y estaba a punto de cerrarla cuando vio como Liam, a pocos metros de él, se levantaba. Se quedo mirándolo un corto tiempo y al ver que se había levantado por completo decidió esperar hasta que Liam llegue a la puerta y poder cerrarla.
―Señor Gabriel ¿acaso no escucho la indicación?―La irritable voz del profesor se volvió a oír.
Gabriel retrocedió y agarro la manija nuevamente. Él no conocía mucho a Liam, solo sabía que estaba en el mismo salón que él y que iba a unas fiestas a las cuales el también iba, nada más. En algunas oportunidades los dos habrán tenido interacción, pero solamente para pedirse prestado un lápiz o un borrador, nunca paso a más.
Liam estaba a punto de llegar cuando la puerta se cerró en frente suyo, miro desconcertado por la pequeña ventana de la puerta y se encontró con el cabello rubio de Gabriel. Gabriel volteó a ver si Liam aun seguía lejos y al hacerlo se dio cuenta que el castaño ya había llegado. Los ojos de Gabriel se encontraron con los ojos marrones de Liam y estos lo fulminaron con la mirada. El rubio solo atino a mover los hombros ante aquella intimidante mirada e irse a su lugar. Al haber cerrado la puerta de espaldas Gabriel no se dio cuenta que Liam ya estaba por entrar. El castaño gruñió mirando como Gabriel se dirigía a su asiento y como se sentaba en este. Era la primera vez que ellos habían tenido contacto en mucho tiempo, tal vez no fue la mejor, pero lo habían tenido.
