F O U R T E E N

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Es extraño, incluso gracioso como con solo prender el televisor, te puede cambiar la vida.

Louis estaba realmente cansado. Si bien la ayuda había rendido sus frutos, y Harry iba a ser capaz de dar la entrevista, fue un trabajo demasiado agotador.

No es como si Louis se arrepintiera, nunca podría hacerlo.

Era su día libre, finalmente, y luego de tanto tiempo, podría dormir hasta la hora que quisiera y no tener que hablar de los problemas de otras personas por un minuto. No es como eso realmente le molestara, estudio psicología porque quería escuchar los problemas de los demás y ayudar a solucionarlos, pero incluso el mejor psicólogo del mundo se puede abrumar.

Luego de dormir por doce horas seguidas y desayunar/almorzar un grasiento plato de huevos con tocino, se recostó en su sofá y prendió la televisión. A las 3:00 pm comenzaría la entrevista del rizado, y Louis no planeaba perdérsela por nada del mundo.

Puso la primera película que encontró para hacer tiempo. ¿El jardín secreto? Nunca había oído de ella, pero apenas empezaba y parecía lo más interesante para ver.

Cuando el horario llegó, cambió de canal a la velocidad de la luz y se acomodó en el sofá sólo para encontrar al noticiero local con una noticia de último momento.

"Se nos informa que el avión privado en donde viajaba la familia Styles fue atacado. La familia no llegó a la entrevista que debían dar hoy con nuestro canal por estos motivos" El presentador, de repente apretó el pequeño micrófono que tenia en el oído y acto seguido, su rostro palideció "Nos llegó la noticia de que el avión fue encontrado en medio de los Montes Cámbricos hace pocos minutos. Los cuerpos de Anne y Des Styles ya han sido identificados, sin embargo, aún no ha sido encontrado el cuerpo del joven hijo de la pareja. Manténganse sintonizados para más información sobre esta terrible tragedia."

Louis calló del sillón, mirando de rodillas a la televisión. Las lágrimas rodaban de sus mejillas casi involuntariamente. No era verdad, no podía ser verdad.

Pero ahí estaba, incluso unos minutos más tarde mostraron el gran desastre por la televisión, en un móvil desde un helicóptero.

Podía sentir como el mundo se le venía abajo. Harry, su Harry, el chico tímido y dulce que iba a su consultorio dos veces a la semana por que no podía hablar, el hijo de los magnates que yacían como cadáveres deformados en la cordillera de Gales.

Su corazón se comprimía en su pecho de manera inhumana. El dolor que lo invadía no era capaz de entrar en su cuerpo. No podía moverse ni hablar, su rostro estaba tan blanco como una hoja de papel y los temblores que sentía no lo dejaban pensar.

Se recostó en el suelo y lloró como nunca lo había hecho en su vida. Pasaron horas antes de que pudiera volverse a estabilizar y sin embargo, seguía con el mismo sentimiento que le arrebataba el aire y no lo dejaba seguir en paz.

Jamás pensó sentirse así por nadie. Era tan distinto a todo, como si hubieran tomado su alma y partido a la mitad frente a sus ojos.

Y fue ahí cuando reaccionó.

No era empatía lo que sentía por el menor, nunca lo fue. Era algo mucho más grande que eso.

Era amor.

Pero ya no valía la pena, era demasiado tarde para hablar de amor.

El desolamiento lo carcomía poco a poco, así que decidió recostarse en la cama.

No salio de su habitación en todo el día.

Su mundo ya no está haya afuera.

Speak//Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora