Speak//Larry Stylinson

S I X T E E N

Harry estuvo en el hospital hasta que recuperó la conciencia. Luego de eso, Louis lo llevó a su casa. Obviamente el menor no podía vivir en su hogar anterior, legalmente, él estaba muerto. Además, no es como si Louis no fuese a tratarlo bien.

El castaño, luego de superar la resaca volvió a leer el testamento de Anne. No podía creerlo; sabía en demasia el maltrato que recibía el chico, más nunca se le ocurrió preguntar por qué.

Todo era tan claro, y tan cruel.

Pero debían seguir de pie, ambos, juntos.

Louis le sonrió al rizado que se encontraba sentado en la mesa, esperando su desayuno. Este lucía extremadamente decaído, y era de esperarse, pasar tres días encerrado en una habitación oscura sin ninguna clase de salida, sin poder comer o beber algo más que el agua del baño, no te volvía la persona mas feliz del mundo.

Su pobre Harry.

Le sirvió al menor un plato de cereales (su especialidad) y jugó de naranja, y se alejó mientras encendía la vieja televisión, intentando librar de tensión el ambiente.

La casa era demasiado pequeña para dos personas, así que él dormía en el sillón, dejando que el menor tomara su habitación y durmiera a gusto.

Pero eso no quitaba que hubiera noches de pesadillas en donde tuviera que levantarse por la madrugada a consolar al pobre chiquillo.

Él sabía que tendría que haber sido así desde un principio, mierda que lo sabía. Pero el cerebro humano es demasiado lento algunas veces como para procesar lo que está en frente de sus ojos.

El amor era una de esas cosas, de las que no te das cuenta hasta que es muy tarde y las pierdes.

Pero la vida, dios, o lo que estuviese mirándolo desde arriba, le había dado otra oportunidad.

Fue a cambiarse a su habitación. Muy a pesar de que no estaba asistiendo al trabajo porque sentía la necesidad de estar cerca del rizado, debía lucir presentable.

Caminar desnudo por la casa era un placer del que debía abstenerse.

Estaba volviendo a la pequeña sala-comedor cuando se encontró con Harry en medio del pasillo, obstruyendo su camino.

"¿Qué te sucede Hazz? ¿Necesitas algo?" El chico frente a él se limitó a revelar una hoja de papel con un pequeño párrafo escrito en esta.

"Me gusta mucho estar contigo Louis! Eres muy lindo y me haces sentir bien, pero... ¿Cuándo voy a volver a casa?"

El mayor palideció en segundos, las cosas estaban marchando de maravilla.

¿Por qué no había pensado que el menor preguntaría eso?

Era obvio, las dudas iban a saltar tarde o temprano.

La cuestión, era poder responderlas sin dañar aún más el pobre corazón del niño que tenía en frente.

"¿Lou?" Dios, amaba su voz. Amaba el hecho de haber sido su primera palabra, amaba su nombre cuando salía de sus rosados labios. Mierda, lo amaba por completo.

Louis abrazó al menor casi por instinto, acariciando sus suaves rizos antes de suspirar.

"Pequeño, no quiero que llores ¿Si?" Comenzó, susurrando en el oído del confundido chico que estrechaba entre sus brazos. Este asintió repetidas veces. "El viaje de tus padres... No salio bien, amor. Ellos... Yo no creo que ellos vuelvan. Sé que es doloroso, sé que no es lo mismo, pero ahora estas conmigo, y te prometo que no me ire pequeño. Yo estoy aquí, por siempre."

Harry se alejó del mayor aún más confundido.

¿A qué se refería con "no salio bien"?

"No me mires así. Creo que no use las palabras correctas." Suspiró tenso, no podía ver al niño de esa forma, pero ¿Qué más podía hacer? "Ellos ya no están Harry. Pero tú si, y juro con mi vida que cuidaré de ti en su lugar."

Harry entendió esta vez, e intento no llorar, lo intento con todas sus fuerzas. Le dolía, todo le dolía, todo lo confundía, todo estaba mal en ese preciso momento.

Todo menos Louis.

Y una vez más se aferró a aquella persona que prometía quedarse para siempre.

Porque, ¿Qué más le quedaba en esta vida, a parte de Lou?

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Heya, me recuerdan? No? Comprensible.

Volví... Otra vez v: Siento dejar todo tan a la deriva. Pero HEY VAMOS A LA MITAD DE LA FIC WOW... No? No, okay.

Disfruten, comenten, voten, odienme.

Adiosh papuz.