Capítulo 3

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Desperté con un dolor de cabeza, tomé una pastilla para ello y me fui a desayunar.

Después volví a mi habitación, me duché, me vestí, encendí mi reproductor de música y me puse a escucharla por unos minutos.

Apagué el reproductor y me dirigí a mi escritorio, revisé mi lista. Tenía ya siete deseos, contando la de la comida chatarra; era un logro; creo que debería escribir tan solo doce, era un buen número.

Mi dolor de cabeza no desaparecía del todo; así que decidí salir de la casa a respirar un poco de aire fresco.

Estando sentado en el jardín volví a sacar la lista y la leí. El número dos era algo más complicado que el primero y quizás mis padres no estarían de acuerdo con ello; pero de todas maneras lo quería realizar.

El número dos decía: "Tener un tatuaje".

El tercero era arriesgado, créanme que sí, iba contra mi propia naturaleza, este tenía escrito: "hacer un nuevo amigo". ¿Lo ven? es de vida o muerte.

El cuarto es algo que por más que siempre lo quise, nunca tuve la oportunidad de hacerlo y es aprender a conducir.

El quinto era visitar y conocer un lugar especial, un lugar donde no haya contaminación humana, un lugar que pueda recordar por el tiempo de vida que me quedaba.

El sexto era realizar algo menos arriesgado que el de socializar, como entrar al cine sin pagar o algo por el estilo.

Y el séptimo, pues probar algo de comida chatarra, la cual no había probado ya hace mucho tiempo por el hecho de que mi madre cree que puede afectar a mi salud y tratamiento.

Mientras seguía revisando la lista sentí que alguien se me acercaba, trate de no tomarle atención, pero fue inútil, aquella persona estaba ya en frente mío.

Cuando mire hacia arriba supe que era Adam; ¿ahora qué era lo que quería? ¿Dejar más comida?

- Hola ¿qué haces? - me preguntó

Sin más que hacer tomé la sabia decisión de solo ignorarlo, entonces este chico tuvo el descaro de sentarse en donde lo hacía yo, o sea qué le hizo pensar que podía hacerlo, creo que de donde viene no le enseñan a no molestar a las personas. Continúe ignorándolo.

Paso un buen rato y el seguía a mi lado.

Okay, "esto se volvió incomodó", dije dentro de mi cabeza. Incluso llegué a pensar que sabía que me molestaba que lo hiciera y que disfrutaba hacerlo.

Yo continuaba revisando mi lista tratando de pensar en lo que podía añadir a está.

De repente él volvió a hablar.

- ¿Qué es lo que tienes en tu mano? -

Creo que jamás vio en su vida una hoja de papel y me tomé la molestia de explicarle lo que era aquello, una hoja de papel.
Lo sé, soy el mejor y ahora tendrá que agradecerme el hecho de que le disminuí un poco de la ignorancia que poseía; de nada Adam.

Lo interesante de esto es que al parecer no le molestó mi comentario, fue extraño que no lo hiciera, creo que debería hablarle.

¿Cuántos años tienes?- le pregunté - al fin y al cabo quería saber su edad.

-Tengo 23 ¿y tú? - respondió.

Era un año mayor que yo, interesante.

Le dije que tenía 22, no sé cuál fue el motivo o la razón, pero creo que comenzaba a agradarme, no era tan molesto como el resto del mundo.

Conversamos por un buen rato y en ello supe que había estudiado arte, al igual que su madre, y que ahora la ayudaba con algunas cosas. A decir verdad, les iba muy bien; económicamente hablando, obvio.

Como todo tiene su fin nuestra pequeña charla acabó.

Adam me preguntó si estaría bien que nos encontráramos más tarde y viéndolo desde otro punto de vista no me pareció tan mala idea.

Le respondí que lo vería en la noche, que suelo salir a dar una vuelta por el vecindario y que podríamos vernos para entonces, él aceptó.

El resto del día lo pase con mi madre, me gusta cocinar de vez en cuando. Mi mamá y yo tratamos de cocinar algunos postres, pero lastimosamente nos dimos cuenta que es más difícil prepararlos de lo que aparenta.

En lo que descubríamos aquello, pasaron momentos que puedo decir, fueron graciosos. De tiempo vi a mi madre sonreír y creo que ella me vio a mí también hacerlo. No fue tan malo.

Llegó la noche y recordé mi lista, no la había completado.

No sé por qué, pero pensé en una idea que sonaba algo estúpida, quise añadir: "Enamorarme". Lastimosamente sabía que en tan poco tiempo no lo lograría y tampoco lograría que alguien se fijase en mí, menos conociendo mi situación.

Así que la tache de la lista con un borrón.

Mis Doce DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora