This isn't the end [hiatus bipolar]

This isn't the end

Había pasado tiempo desde el incidente con el robot, y yo aún seguía con mi absurda mentira, esa mentira que ni siquiera yo me creía; seguía repitiendo en mi cabeza cuanto te odiaba, te aborrecia, te detestaba y deseaba añoradamente que estuvieras tieso y tres metros bajo tierra, pero en el fondo, yo sabia que solo era una estúpida, triste y patetica excusa.

No me malinterpreten, no me arrepiento de nada, si tuviera la oportunidad de volver el tiempo atrás, haría exactamente lo que había echo antes. Al final, no es como si alguna vez te haya importado de todas formas, lo dejaste muy claro en el momento en que, sin tituviar, disparaste ese misil directamente hacía mi, haciendo añicos a su vez esa que alguna vez fue tu casa también, esa en la que alguna vez, cuatro imbéciles en sudaderas de colores disfrutaban teniendo alocadas aventuras, compartiendo risas, lamentos, y haciendo lo que se les venía en gana.

Así que, supongo que es todo, que ese tiempo paso a la historia quedando solo memorias de lo que alguna vez fue, pasaste de página y aquello nunca volverá, tu nunca volverás, sé, que no lo harás.

Nunca ni en mis más locos sueños me atrevería a admitirselo a nadie, ni a Matt, ni mucho menos a Edd, mi mejor amigo; porque a mi es al que más le sorprende y averguenza...
Pero me arrepiento, de verdad me arrepiento de haberte tratado tan mal, me arrepiento profundamente de las peleas y de todas esas veces que te insulté, no tienes idea de cuanto, tal vez de no haber sido así, no nos hubieras dejado en primer lugar, a mí, a los chicos, tal vez aún tendríamos nuestra casa, tal vez nos hubiéramos llegado a llevar mejor, incluso tal vez Jon estaría vivo ahora, él no tenía nada que ver en esto, y sobre todo no tenia porque pagar por tu estúpida necedad y sed de poder.

Y así es como se pasaban mis días con un "Tal vez", un "qué tal si", un "¿y si?"; mi mente divagaba como loca dándole vueltas y vueltas al tema hasta volverme loco, mi cabeza dolía y mi razón se nublaba entre todos mis pensamientos y  sentimientos entrelazados con culpa y pena.

Así que hice lo que mejor hago; me levanté pesadamente del sofá de mi apartamento como el vago que soy para dirigirme a la puerta y salir al bar más cercano, aquél en el cual ya me había convertido en un cliente frecuente.

Al llegar al lugar pedí mi bebida alcohólica favorita: Smirnoff, un trago, dos tragos, tres tragos; en cierto punto perdí la cuenta pero no le di importancia y seguí bebiendo, bebí y bebí hasta casi perder la conciencia, llegando a ese punto en el que me veía en tán mal estado que hasta la mesera me negaba más tragos. Pero no me importó, en mi cabeza habían dolores mas intensos que mi dolor por no poder beber mas de esa bebida alcohólica.

"¿Sabes qué?, ya no importa, estas muerto, y no hay nada que pueda hacer al respecto."

Fue lo último que pasó por mi mente antes de caer inconciente en aquel mugriento lugar.

Mi nombre es Thomas Ridgewell, y sufro de la pérdida de mi "no-amigo".