capítulo 8

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Habla Adrián
Cuando desperté vi todo a mi alrededor como manchas borrosas;
Pero pocas de éstas tenian sentido.
La mayoria se movia así que supuse eran demonios por las gruesas manchas oscuras que se cruzaban por lo que yo suponia eran sus espaldas.
Las otras manchas no las identificaba, pero no se movian y no tenian nada que los caracterizara como demonios o ángeles así que supuse que eran objetos.
Sin embargo podía oir todo con claridad.
Lo que oía no sonaba muy bueno.
-¿Quién cree que sea?
-No lo sé ya te lo he dicho niña. Solo sabemos que alguien lo trajo aquí.
-¿Usted cree que podría ser como yo?-dijo la niña con un pinchazo de emoción mientras se dirigia hacia lo que yo suponia era la puerta
-Espero que no- dijo el hombre para sí mismo-No quiero a otro engendro en ésta cocina- continuó el hombre con cierto desprecio.
Poco a poco las imágenes borrosas empezaron a enfocarse y a tomar forma.
Una mujer con apariencia amable y  alas de ángel se acercó a mí con unas vaso de agua.
-No te apresures cariño, siéntate con cuidado- dijo la mujer dándome el vaso y ayudando a sentarme, cosa que me vino bien gracias a que seguía un poco mareado.
-gracias - intenté decir yo, a pesar de que mi voz era ronca y no sonaba más allá del murmullo.
- Que sigas aquí es asombroso , los golpes que te dieron fueron muy graves. Tanto así que te rompieron La nariz y unas cuantos huesos. - siguió ella como si yo no hubiese hablado.
- Disculpe señora, pero en este momento solo me duele la cabeza y las imágenes que veo no están del todo claras, ¿está segura de que me pasó lo que usted me está comentando?
- Pués claro que sí, yo no digo nada sin más, lo que ocurre es que los médicos hicieron un gran trabajo contigo, sin embargo para que realizaran las operaciones necesarias debían darte unas pócima muy fuerte, por lo que ahora experimentas ese mareo, dolor de cabeza y esa alteración visual.
-Gracias- repetí yo después de esa larga explicación que no oí bien por el hecho de estar medio dormido. - disculpe pero me siento un poco cansado todavía. - dije con mi voz ronca.
- Oh, claro cariño descansa... Después podrás preocuparte por tu supervivencia. - creí escucharle decir.
Ví como se marchaba mientra la penumbra me consumía nuevamente; y por alguna razón no me sentí del todo cómodo al recordar la palabra supervivencia.
Entonces entendí que mi vida jamás iba a tener el término de libertad nuevamente desde el momento en el que volviese a abrir los ojos.
Y supuse que así era cuando la realidad te miraba a los ojos.

~Gabriela~

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