Nueve》El árbol

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—Le estaba quitando una pestaña a Mike.
—¿Y por qué te estaba tomando de la cabeza?
—Porque... —me quedé sin respuesta—.
Aun no entendía porque la gente se aparecía justamente cuando había muestras de afecto.

—Le quería dar un masaje, durmió mal y le dolía el cuello —menciona Mike—.
—Will, si hay algo entre ustedes dos, no dudes en decírmelo.
—Sólo fue un malentendido Jonathan.
—¿Seguro?
—Seguro.

Jonathan se marchó. Se marchó seguro de lo que había visto, y convencido de que aquellos dos tenían algo escondido.

—Will, creo que debemos ser más precavidos.
—Lo mismo digo yo, hay que tener más cuidado.

Los chicos despertaron y desayunaron. Toda la mañana pasó demasiado rápido, realmente todo fue aburrido después de todo. Pasaron unas tres horas y todos comenzaron a irse, sólo nos despedimos. Quedé solo en la casa, con Jonathan.

—Jonathan, ¿puedo pasar?
—Claro, pasa —me senté en su cama—. ¿Qué sucede Will?
—Es acerca de lo que viste.
—Ustedes dos se gustan, ¿cierto?
—Si... Se que está mal, es extraño y no lo sé, pero yo no pedí que me gustara Mike, yo no pedí ser así, ¿qué se supone que debo hacer? ¿esconderme toda la vida? Eso sería horrible, yo...
—Will.
—¿Si?
—Eso está bien —ríe—. Mucha gente lo ve extraño, y no lo acepta, por eso lo debes ocultar, pero está bien, hay mucha gente de mente cerrada que no entiende tu situación y juzgan sin pensar, pero créeme, tú no eres ni serás un niño raro, jamás, eres un niño con lindos sentimientos, una gran persona, y tú, eres igual a los demás. El amor es amor, no importa que.
—¿Entonces tú me aceptas como soy?
—Yo siempre lo haré.
—Te quiero Jonathan.

Le dí un fuerte abrazo a mi hermano, sentirse apoyado por alguien cercano era algo que no tenía precio, al fin me sentía libre, libre de preocuparme sobre que pensaran lo demás de mí, ahora sabía que soy un niño como los demás y que debía aceptar que todos no veían bien mis gustos, ¿pero a ellos qué les importa?

—Yo igual Will. ¿Lo sabe mamá?
—Hoy quiere charlar sobre eso, nos vio a Mike y a mi dormidos, y tomándonos de la mano, me dijo que no estaba enojada, pero no lo sé, ¿ahora qué pensará de mí?
—Will, no creo que ella tenga algún problema, ella es nuestra madre, nos dio vida, ella siempre nos va a aceptar tal y como somos.
—Eso espero.

Me puse a acomodar todo el desastre que habíamos dejado en la casa. Parecía que un torbellino había pasado por cada centímetro de la casa. Para cuando comencé a limpiar parecía una tarea sin fin, pero poco a poco la casa fue quedando más y más limpia, hasta que quedó impecable.

"2.17" marcaba el reloj aún faltaban muchas horas para que mi madre llegara. Estaba aburrido, sin nada que hacer, así que le avisé a Jonathan que iba a salir a "el árbol" sólo Jonathan y los chicos sabían de ese lugar, era un lugar secreto.

Salí en mi bicicleta hacia el árbol. Era un lugar donde de vez en cuando nos reuníamos los chicos y yo. El árbol era una colina donde me gustaba relajarme y ver el paisaje, y obviamente en la cima había un árbol grande y hermoso, era un chinquapin roble. Daba una sombra gigante y te perdías contando las hojas como contando estrellas, definitivamente era uno de mis lugares favoritos. No había nada más que árboles, césped u plantas, nadie vivía demasiado cerca, así que era un lugar solitario. Yo solo conocía dos rutas para llegar a el árbol, aunque sabía que había más, cada uno de los chicos tenía su propia ruta.

Dejé mi bicicleta en el pasto, después comencé a escalar la pequeña colina, me tomó unos dos minutos en subir.
Una vez arriba sólo me recosté a mirar las hojas y de vez en cuando mirar hacia las nubes. Todo ese lugar parecía el paraíso, todo eso podría llamarlo el lugar más lindo que había visto en mi vida.

No hay reemplazo《BYLER》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora