Once》3 cambios (pt.2)

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—¿Repetirlo?
—Se que tu también... —Mike se detuvo pues le pareció vergonzoso hablar del tema—.
—Es que ya casi llega mi padre.
—Ah. Lo entiendo —dijo desanimado—.
—¿Me estás chantajeando?
—¿Yo? ¡Ja! No.
—Ajá... oye Mike, en realidad te mentí.
—Oh, la primera mentira de mi amor. ¿En qué me mentiste?
—En que en realidad mi padre vuelve en unas horas...
—¿Entonces me querías evadir?
—Es que me siento... inseguro.
—¿No querrás decir incómodo?
—No. Inseguro. No soy de esas personas que se consideran lindas, no lo sé, no quiero que mires mis defectos.
—Will... o Dios. Dime quien no quisiera tener ese cabello claro, tus hermosos ojos, esa sonrisa perfecta, tus pestañas, oh, y adoro tus lunares. Will, para mí tú eres perfecto, no sólo en la manera de ser, sino que también en el exterior, deberías mirarme a mí,  que tengo cara de sapo. Siempre eres tan tierno Will, no he conocido a alguien como tú. Te adoro Will Byers. Aún así, si te sientes inseguro, está bien, respeto tu decisión.

Me quedé callado por unos segundos, puse mi mirada fija en los ojos de Mike, después comencé a ver todo su rostro. Me miraba con una sonrisa que nadie me había dedicado en la vida, ¿eso es amor? Entonces el amor es el sentimiento más lindo que existe, lo mejor de todo era que el chico que provocaba cosquilleo en mi estómago no era un chico cualquiera, sino que era Michael Wheeler, mi niño de sentimientos puros.

Otro presentimiento. Comencé a sentir temor, temor de que me alejara de él, temor a dejarlo ir.

Pronto aparté mi vista de él y agaché mi mirada, las lágrimas comenzaban a salir y no las podía parar, ¿qué me estaba pasando? Dirigí mis brazos hacia la cintura de Mike, me acerqué a él y lo abracé lo más fuerte que pude, mientras que mi cabeza estaba escondida en su pecho. Sus manos pasaban por mi poco cabello y su mandíbula se posaba por arriba de mi cabeza. Él no me preguntó que si por qué estaba llorando, él sólo supo que lo necesitaba, y él estaba ahí. Ahora él estaba haciendo lo que yo siempre hice por él.

—J-jamás —dije—. Jamás me d-dejes, por favor Mike.
—Ni en tus peores pesadillas lo haría Will.

Él me levantó la mirada y me dio una sonrisa, después me dio un beso en la frente.

Mike se recostó en mi cama con sus manos en su cabeza como si fueran su almohada y me hizo una seña para que me recostara a su lado.

—¿Sabes Will? Nunca había conocido a alguien con quien tuviera tantos gustos en común.
—¿En serio?
—En serio. Obviamente Lucas y Dustin tenían los mismos gustos que yo... pero no todos, tú has sido el único con quien puedo ser yo mismo.
—No me sorprende, estoy en la misma situación jajaja —callé—. Oye Mike, yo creo que tú... deberías decirle algo a Jane.
—¿Algo?
—Sí, mira, no digo que le digas acerca de nuestra relación, pero no creo que sea bueno que la utilices, ella es muy importante para mí, la quiero mucho, y siento que estamos siendo malos al mentirle. Algún día le diremos, pero hoy no, por lo menos hay que dejar de engañarla —dije—. Mike, además no ha conocido a todos los chicos de Hawkins, cuando te conoció sólo era Mike, Mike, Mike, pero ahora tal vez conozca más chicos en la escuela.
—No lo creo El dejó de ir a la escuela.
—¿Por qué?
—Bueno, es que ya va a tener padres, la van a adoptar, y ellos los van a llevar a una escuela especial por un tiempo... hasta donde yo sé, lo bueno es que los padres obviamente son de aquí, así que la seguiremos viendo.
—Oh, pues me alegro, ¿entonces le dirás?
—Si... hoy es su último día en mi casa así que hay una tipo despedida, después podemos ir por un helado ¿quieres ir?
—Veré si puedo.

Mike soltó un gran suspiro.

—Espera, ¿me invitaste a salir?
—¿Qué? N-no, yo, no sería mala idea, pero, yo digo que sí, pero no fue, no es una cita, ¿quieres que sea una cita? Yo-
—Shh. Está bien Mike, no te pongas nervioso, iré entonces.
—Gracias —dijo con sus mejillas rojas—.

No hay reemplazo《BYLER》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora