Un pretendiente misterioso

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Mi nombre es Hiyori Iki, tengo 22 años, vivo sola y soy dueña de una boutique donde logré alcanzar mi sueño de ser diseñadora.

Mis padres son ricos, pero yo quise independizarme sin ninguna clase de ayuda. Esto lo aprendí, de un buen amigo mio, mejor conocido como el Dios Yato. Un Dios poco conocido, algo pesado y el cual es un comprador compulsivo. Pero a pesar de ello es confiable, divertido y una persona difícil de odiar.

Ahora estoy más ocupada que antes, y por ello Yato y Yukine vienen a verme casi todos los días. La razón es que si estoy demasiado tiempo lejos de ellos acabo olvidándolos.

Desde hace mucho tiempo que hemos permanecido juntos, y aunque he notado que puede tener algo de afecto por mí amorosamente, no he querido pensar demasiado en ello ya que él es un dios y soy consciente de ello. He de admitir que la idea de alejarme de él, me aterra mucho ya que yo también le tengo mucho cariño y aunque me advirtieron de que debía hacerlo finalmente no pude. Y bueno, descubrí lo que sentía hace algunos años pero he tenido que reprimir mis sentimientos por él; Yato ya tiene suficiente.

Mis padres, finalmente encontraron un pretendiente con el que debía casarme y justamente iba a conocerlo hoy... No tengo muchas ganas pero no me queda más remedio que hacerlo.

Yato no sabe nada, ya que no he tenido el valor para contárselo, porque suele ponerse bastante pesado. Yukine, Kofuku y Daikoku al contrario sí lo saben y me han deseado mucha suerte. Se piensan que estoy entusiasmada pero no es cierto; lo único que quiero, es terminar ya con esto. Probablemente, no sea el tipo de chica que esté buscando ese chico. No soy muy refinada, me encantan las artes marciales y odio las cosas demasiado lujosas pero aún así, seguramente mis padres le habrán dado una imagen de mí completamente errónea.

Y por fin llegó la hora. Mi madre me estaba ayudando a escoger la ropa y el peinado que llevaría. No quería ir demasiado elegante ya que tenía que hacerle ver que no soy lo que busca. Pero tampoco debía dar una mala impresión ya que hago esto también por mis padres y no quiero que su reputación baje por mi culpa. Al fin y al cabo, es una cosa normal entre familias ricas.

Llevaba el pelo, recogido en una trenza despeinada a un lado y un vestido corto de un color verde claro a juego con una chaqueta de color verde azulado. En cierta medida iba elegante y la verdad es que tampoco sabía a donde me llevaría en la cita; así que un vestido elegante pero al mismo tiempo casual creo que era lo correcto.

_"Estás hermosa hija"_ dijo mi madre una vez terminé de prepararme.

_"Muchas gracias mamá pero, ¿Realmente tengo que ir?"_

_"Lo siento mucho cariño pero no tienes más remedio. Ese hombre está muy interesado en ti y no podemos objetar nada"_ Las palabras de mi madre me hicieron pensar.

¿Acaso él me conocía de algo?  Solo sé que  quiere casarse conmigo por alguna razón. Si tan obsesionado está conmigo, ¿Podré hacerle cambiar de opinión? No tengo más remedio... no quiero casarme con él ni con nadie que no sea Yato.

Quería preguntarle a mi madre cual era la razón de su interés pero era demasiado tarde, él se encontraba aquí. Mi corazón empezó a acelerarse y sentí mucho calor; estaba nerviosa.

Entonces, mi madre dio la bienvenida a un joven el cual era muy guapo. Tenía el cabello oscuro sin llegar a ser negro y unos ojos dorados hermosos; además de eso, era muy alto más o menos mediría 1'85. A su lado parecía un pitufo... que vergüenza... Me quedé observándole unos instantes, hasta que él se acerco a mí para presentarse.

_"Hola Hiyori, cuanto tiempo"_ sus palabras me sorprendieron.

_"¿De qué me conoces?" Pregunté directamente.

Él simplemente se quedó mirando fijamente mis ojos para después decir:

_"Deberíamos irnos ya, Hiyori-chan"_ Me trataba de una manera muy informal.

_"Responde a mi pregunta, por favor"_

_"Eso tendrás que descubrirlo por tu cuenta"_

_"¿Eh?"_

De repente, me sujetó del brazo y me sacó fuera de la casa de mis padres. Una vez fuera pude ver a Yato.

_"No puede ser..."_ Susurré. No podía creer la mala suerte que tenía quería guardar todo esto en secreto. Dios mio ¿Por qué?

Protégela (Yatori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora