Mi Héroe [Eaktrap]

5. Una larga noche

Hola! Han pasado 84 años...
En primera lamento mucho la inactividad, no se me ocurrió nada y estaba a punto de hacer a un Eak borracho y ligandole a Town... también a un pingüino llamado Rin que volaba y lograba vencer a kokun con las esferas del oso hormiguero.
So... Perdón!!
Intentaré estar más activa por ustedes, sin más interrupciones, disfruten del capítulo
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Pasaron varios días desde la pequeña discusión entre ambos amigos y la cosa no parecía mejorar. Towntrap evitaba dirigirle la palabra a su compañero de piso cuando podía, y las veces que era necesario el hablar siempre era cortante, Eak comenzó a hartarse del jueguito ese y también  imitó las acciones del otro, durante los descansos, buscaba a Usagi o a Loon, lo cual hacia enojar aún más al león, se sentía reemplazado y a nadie le gusta sentirse así, mucho menos cuando se trata de tu mejor y primer amigo. Todo se volvió algo grande, se hacían bromas pesadas el uno al otro sin importar cuán molestas fueran, el día anterior el cuarto de uno termino lleno de spaghetti.(no odien a la niña plz, a ella ni le interesa Eak)

Ya habían pasado de las 12 de la noche e Eak aún no volvía a casa, su compañero de cuarto no paraba de dar vueltas por la sala esperando a que por aquella puerta de madera, de un color blanco que se mantenía así por la constante limpieza de Towntrap, entrará el idiota de Eak que no dejaba que el León durmiera por el temor a que le pasará algo.

Todos saben que salir a estas horas de la noche puede ser bastante peligroso, es cuando las calles no están transitadas y algunas personas desviadas en su juicio aprovechan para tomar cualquier cosa de valor y dejarte con cuello, muñeca y dedos desnudos, y si llegas a tener suerte, es lo único que te harán, de otra forma podrías terminar muerto en las frías calles desangrado.

Solo pensar eso le ponía los pelos de punta al pelirrojo,  se sentó en el cómodo sillón esperando relajarse, más no funciono, sobre la T.V. se encontraba un reloj el cual no dejaba de hacer el ruido de "Tic" "Tac" "Tic" "Tac" "Tic" "Tac"; harto de esto, se levantó y se dirigió directo a su habitación dejando la luz de la sala prendida para que su compañero no se lastimara en la oscuridad...si es que llegaba. Se recostó en su cama y se arropo completamente intentando olvidar cada pensamiento acerca de el paradero de Eak pero de nuevo no podía siquiera dejar de hacer que su corazón palpitara a una velocidad increíble, tenía miedo de no volverlo a ver ¿Que haría sin el? Si, le suele causar un millón de problemas pero es quien hace de su vida algo interesante y divertido...no permitiría que sus pensamientos se volvieran realidad.

Se levantó de su cama colocándose unos Tenis rojos con agujetas negras, para después dirigirse al closet y sacar una sudadera gris ya que estaba lloviendo y la lluvia se volvería más fuerte, junto con su jeans negros dejo el departamento decidido a encontrar al idiota de su amigo.

Se aventuro por la frías y solitarias calles, cuando mucho había un Oxxo cerca pero sentía miedo, el nunca salía solo de noche, le aterraba el hecho de pasar por un mal camino y ser asaltado por alguna rata. Se abrazo a si mismo debido al frío que sentía, ya se había colocado el gorro de la sudadera para evitar mojarse su cabello, aunque ya se le había esponjado más de lo normal debido a la humedad.
Paso por un tramo lleno de tierra, podía oler varias cosas desde ese punto, aceite, tierra mojada y algo de agua estancada. Ladridos de varios perros se hicieron presentes...estaba aterrorizado, no mentiría sobre eso, era el lugar perfecto para un escritor el cual quería inspiración para un relato de terror, o alguna película inclusive.

Rodeado del peligro que creaba su mente decidió salir de aquel lugar, recordó como Eak lo llamaba "León", era tan miedoso como un ratón así que no entendía el apodo, retrocedía lentamente intentando no hacer ruido, hasta que llego a un callejón y vio una silueta.