Capítulo 6

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Antes de perderte ya sentía tu presencia lejana, no en físico pero si tu alma, te culpe por abandonarme cuando debí de ser yo quien fue la única culpable.
Te abandone, fue sin querer, no quería perderte, pero no podía estar sin ti pero aun menos contigo, estaba tan ilusionada en formar parte de ti y no note que tu siempre estuviste completa, que por más que intentará ser tu complemento no lo sería, porque tu no lo necesitabas.
Tu naturaleza es única; tu rostro abundante de belleza, con tus labios similares a los pétalos de una rosa cubierta de rocío, tu nariz tan juguetona como una mariposa, tus indescriptibles ojos llenos de cielo, cejas rellenas de universo, y tu hermoso rostro diseñado con delicadas ramas por la madre tierra.

Embarcamos en nuestro propio barco, navegamos hasta adentrarnos tanto que perdimos el puerto del que sarpamos, no había vuelta atrás, teníamos que buscar un nuevo hogar. Entre mas alejada de mi vida más cerca estaba de conocerme, no me perdí sino que me encontré.
El tiempo no fue un enemigo, fue un compañero convertido en un ancla que nos arrastró al fondo, perdimos todo y naufragamos en direcciones distintas, aunque buscamos no nos encontraríamos porque lo hacíamos en lugares equivocados.

Perdía mi ubicación contigo cada vez más, me aleje de casa, lo notaba peligroso al principio pero conforme avanzaba me di cuenta que no tenía porque temer, no cuando es lo que en verdad deseas conocer, no sólo mirar sino lo que quieres vivir, lugares en los que deseabas habitar, entendí que no tenía que quedarme en un lugar que no me satisface por temer a lo que me deparaba un futuro separado de mi origen, tenía que entender que sino una pieza de domino no encaja en un rompecabezas, no puedes forzar a algo diferente estar en un lugar destinado a piezas iguales, con todo eso comprendía de poco a poco que debía irme, que me perdería ahí porque siempre tienes que elegir en perder todo antes de perderte a ti. Fue lo que hice, me había perdido y era momento de empezar a buscarme, antes de que no pudiera hacerlo.
Me encontré cuando estaba contigo, al principio no entendía porqué mi estabilidad no estaba en un lugar o en una acción, sino en una persona, pero con tiempo comprendí que no me encontré en ti sino que tu fuiste quien me ayudó a encontrarme.
Te deteste tanto que llegue a vociferar en contra de ti cuando lo único que tenía que pronunciar en tu nombre era gracias, gracias por guiarme cuando yo no sabía ni que era lo que buscaba, cuando me mostraste lo que no quería ver para darme cuenta de que tenía que elegir.

No te lo dije y probablemente no te lo diga, pero gracias.

No fue por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora