Capítulo 3

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Llegue a casa y como siempre el silencio me respondió.
Mis padres no suelen estar tan temprano en casa a excepción de ser sábado o domingo , y mi hermana desde que estudia la universidad es muy raro verla por aquí entre semana, su tiempo es dividido entre su radiante novio y asistir a la escuela.

Llego la hora en que el día se torna negro y con ello mi cuerpo es descargado paulatinamente, mis ojos se comienzan a sumergir en una obscura laguna y así mi cerebro se apaga.

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Genial, segundo día de escuela y mi cuerpo se revela a ir con sólo lo que el sabe, enfermarse y reclamar su lugar favorito que es mi cama, y para sus suerte mamá ordena que hoy me quede a reposar.

No existe nada más peligroso que ceder a las órdenes de tu alma y escuchar tu conciencia, es ese el momento cuando no puedes ser capaz de controlar tus deseos.

No deseo olvidarla tan solo quiero dejarla de pensar, porque se que en cada pensamiento me aferró más a la idea errónea de que ella sigue aquí, conmigo.
Ella no decidió irse, porque no puso más opciones, ella se fue porque ya no quería estar en un estado inerte en el que la balanza estuvo equilibrada mas tiempo del que debía, no puedes estar en una rutina que se vuelve costumbre.
Ella no es repetitiva mas bien es espontánea, mientras te mira parece fugaz y tan solo al llegar su ausencia se convierte en algo eterno, es esa persona que no le hace falta volver para que todos sepan que estuvo ahí.


Insistentes golpes se escuchaban en la puerta, con toda mi flojera tuve que pararme a abrir.

Paula. ¿Qué demonios hacía ella aquí?

-Hola perdón por venir así sin avisar pero quería saber porque no fuiste - Su presencia me había dejado perpleja, no tenía ningún motivo para preocuparse o tan siquiera notar mi ausencia.

-Me siento un poco mal- Respondí de una forma cortes lo que hizo que interiormente me diera un abrazo bien merecido-¿Gustas pasar?

-Claro, si dejas de ponerte tan tímida, tranquila solo hablaremos a menos que quieras hacer algo mas interesante - Dijo tan natural que me hizo sonrojar  - Solo bromeaba pequeña, aparte si tan solo te beso me enfermare y no quiero eso, mejor lo guardo para cuando estés mejor. Mejor me retiro, cuidate- O sea que le pasa, venir e insinuar que quiere besarme y luego irse así sin mas.

Juré haber besado a alguien antes de ella pero no fue así, mi primer beso me lo dio Paula, tan nerviosa me puso el rose de sus labios que no la pude ver sin pena durante una semana.

Paula, Paula, Paula. Tus labios no eran dulces o suaves, eran desgarradores y apasionados, con una hermosura que hacía imposible creer que fueran tan mentirosos.

No fue por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora