Capítulo 9

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Después de entrar a casa, mamá ya de había encargado de hablar con mi papá de la supuesta salida que tuve con Paula, por más que intente explicar que salí con Dago y solo me encontré con ella no quisieron escucharme, claro eso no fue lo malo, lo que realmente me molesto demasiado fue que me dieran un sermón religioso sobre que yo no debo salir con otra mujer, que la persona con quien salga debe ser hombre, ni porque soy su hija llegan a aceptar que existen otras preferencias sexuales, a veces creo que yo soy el peor karma de mis padres.

La religión fue y es uno de mis mayores conflictos, no como tal su existencia, sino que es la parte fundamental que argumenta que ser parte de la sociedad LGBT es abominación.
Crecí en una familia cristiana que por lógica me inculcó su misma doctrina, no son culpables de creer eso, ellos están sujetos a como agradarle a un ser divino, esto me ha llevado a un debate acerca de que no se si creo en un dios porque “lo siento”  o por costumbre.

Sodoma y Gomorra fueron descubiertos ciudades destruidas por dios por homosexualidad, recientemente se han creado nuevas teorías pero ninguna me convence, a veces tengo miedo de no poder cambiar lo que pienso porque es muy contrario a lo que me han enseñado, y lo que me han inculcado es diferente a lo que siento.
No se que significa sentir, pero para mi es la percepción de sentimientos en cuestión emocional, y lo que ahora siento es dolor.
Dolor porque sé que si todo lo que me enseñan es verdad no tengo oportunidad de salvarme, porque entonces nunca seré suficientemente buena, porque estoy traicionando a quien me creo, ¿pero entonces por qué me creo así, por qué no puedo solo elegir entre ser heterosexual o no?. No solo eso me lastima porque mis papás no aceptan que no soy igual a ellos, que tal vez no comparta mi vida con un hombre, porque eligen creer más en un dios al cual nunca han visto y se excusan diciendo que lo han sentido en milagros que bien podrían ser cosas del destino, a creer en mi a quien han tenido físicamente en todas las etapas de mi desarrollo. Duele saber en ocasiones que no crees en lo que sientes, que a veces ni existiendo crees en ti.

Durante años le pedí un cambio a dios, nunca me lo dio, por mas que hiciera aquellos que dicen que es necesario para que dios te escuche ; oración, ayuno y leer la biblia, no sucedió. Creí que estaba tan mal que ni dios me escucharía.
Ahora he dicho que me encuentro abierta a cualquier cambio que el se disponga a hacerme, pero por mi parte ya no se lo pediré, no porque lo crea inútil o irrelevante, pero si porque ahora no me molesta ser así, porque ya no lo veo malo, porque los he aceptado.

Durante la película de plegarias por Bobby escuche que la madre decía que dios no cambio a su hijo porque no había nada malo en el, y eso es lo que se ha incrustado en mi mente.

No fue por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora