Capítulo 6.

118 24 7
                                    

-Médium, ¿Por qué vives solo? -Preguntó el pelinegro luego de que el otro abriera la puerta. Bien podría haber atravesado la pared para entrar directamente, pero le había parecido grosero.

Cerrando la puerta detrás de él, WooHyun soltó su mochila botándola a un lado al mismo tiempo que suspiraba. El día había sido bastante agotador por culpa de su nuevo acompañante. Estaba muerto.

-Cosas como tú le traían malos ratos a mi familia. -Respondió mientras se sacaba los zapatos. El fantasma se quedó siempre detrás de él, pues aún estando en su estado, no perdía los modales. -No sé si sabías, pero algunos de ustedes poseen esa habilidad de maldecir y hacer maldades. Los fantasmas que me seguían me amenazaban y se montaban en la espalda de mi madre si no los ayudaba. -Explicó, tomando su mochila antes de comenzar a caminar por el pequeño pasillo hasta llegar a la sala de estar. El espíritu entonces se adelantó, explorando el lugar.

-Debe haber sido difícil...

-Sí, frecuentemente le daban dolores.

-Hablo de ti. Debió ser muy difícil tomar la decisión de irte para verla bien. -WooHyun se le quedó mirando y el otro le sonrió sinceramente. -Eres un buen chico. -Agregó. El castaño sintió que las comisuras de sus labios comenzaban a alzarse a los lados. Pensó que, después de todo, el chico no era tan molesto. -Seguramente también le gustas a "Su-SungKyu".

-Tenías que arruinar el buen momento, ¿verdad? -Murmuró entre fastidiado y divertido.

-¿Ese era un buen momento? ¡No me di cuenta! Debiste decirme antes. -Reclamó. WooHyun puso los ojos en blanco y negó con la cabeza.

-Como sea. ¿Piensas quedarte? -Preguntó al sentarse en uno de los sofás. El fantasma le imitó, tentando primero el lugar antes de dejarse caer con la confianza de que su trasero no golpearía el suelo. Aún no sabía cómo funcionaba su cuerpo fantasmal.

-¿Entonces qué? ¿Paso la noche fuera?

-Mhn. -WooHyun asintió sin pensarlo y el pelinegro entreabrió los labios, ofendido por su falta de duda. -No te pasará nada, ya estás muerto, sabes. -Respondió con toda la naturalidad del mundo.

-Mire, señor médium. No estoy muerto. -Insistió, un poco molesto. -Puedo tener esta forma ahora, pero estoy seguro de que debe haber una razón para esto. Algo como... ¿un sueño? Un sueño muy, muy largo. -Ladeó la cabeza, confundido por sus propias palabras.

-¿Hablas de un viaje astral? -Cuestionó Nam repentinamente interesando. Nunca había escuchado de un espíritu que se quedara fuera de su cuerpo por tanto tiempo, pero si este era el caso, sería un dato interesante para SungYeol.

-¿Mhn? O-oh, sí, por supuesto que un... viaje astral. -Asintió, desviando la mirada. El castaño entrecerró los ojos, mirando fijamente al chico que tenía delante.

-No sabes lo qué es. -No fue una pregunta, sino una afirmación que por primera vez lo hizo sentir bien frente a aquel fantasma.

-¡Claro que lo sé! ¿Me crees tonto?

-Un poco.

-¡Oye! -Ante su reacción tan a la defensiva, WooHyun no pudo evitar sonreír.

-Está bien si no lo sabes, pero no creo que sea eso. Si me dices tu nombre podría buscarte en Facelol y ver si estás muerto o no, ¿te parece? -Sugirió, abriendo su mochila para sacar la laptop. El pelinegro se calmó, recargándose completamente en el sofá.

-La cosa es que... no recuerdo mi nombre. -Murmuró. Nam despegó la vista de la pantalla cuando ingresaba su contraseña, notando lo abatido que se veía el otro.

-¿Por qué no lo recuerdas? Los fantasmas no olvidan las cosas. -Dijo, completamente seguro de sus palabras.

-No lo sé. No hay nada en mi cabeza más que la canción, y esta sensación que me dice que no estoy muerto. -Suspiró, tocándose el pecho con una mano.

-La canción que cantabas antes, ¿verdad? Eso no nos dice mucho. Tu tío dice que eres un vago, tu hermano no te quiere, tu madre está en Nueva York y tu padre... en la habitación. -Frunció el ceño y mordió su labio inferior. Datos como esos eran tan ambiguos que hasta el mejor detective tendría dificultades para encontrarlo, si es que no le resultaba imposible.

-Lo siento. Supongo que será un poco difícil saber quién soy. -"¿Un poco?" Quiso preguntar WooHyun, pero se mordió la lengua para no hacerlo sentir peor.

-Está bien. Tengo un amigo que sabe más de estas cosas, mañana puedo preguntarle si conoce alguna forma de encontrarte. -El fantasma le sonrió, aunque no parecía del todo feliz.

-Gracias, señor médium. -Comentó. A WooHyun le pareció raro verlo tan tranquilo, pero de eso a tenerlo recorriendo toda la casa y haciendo todo tipo de preguntas como niño pequeño, prefería que se quedará así.

-Mi nombre es WooHyun, puedes decirme así en lugar de señor médium. -Aclaró, cerrando el portátil para levantarse.

-No te llamaré por un nombre cuando yo no tengo uno. Sería raro.

-Raro es que me llames señor médium. -Murmuró. -Pero está bien, mientras descubrimos tu nombre, yo te pondré uno. -«Después de todo siempre quise tener una mascota a la cual nombrar». -Pochi, ¿te parece? -Preguntó orgulloso, pero cuando se giró para encarar al otro, se encontró con un rostro falto de expresión. -Pochi, ¿cuál es el problema?

-No me llames Pochi.

-... Pochi.

-Oye, ¿quieres ser maldecido? -Por la forma en que habló, WooHyun asumió que su nuevo nombre no le gustaba ni tantito.

-No puedes hacer eso, Pochi, es de mala educación. -Le regañó, frunciendo el ceño para parecer molesto. -Ahora, ¡fuera de la cocina, Pochi! Voy a cocinar. -Hizo un ademán con su mano, dándose vuelta enseguida para ponerse manos a la obra.

-¡Yah! ¿realmente vas a llamarme Pochi? -Preguntó, cruzándose de brazos. WooHyun sacó una pequeña bolsa plástica con vegetales del refrigerador.

-¿Por qué? ¿No te gusta? -Indagó divertido, tomando un cuchillo de mango amarillo.

-Ni siquiera aceptaría ese nombre si fuese perro. -Respondió sin dudarlo. El castaño le dedicó una sonrisa cargada de burla y comenzó a picar un pimiento rojo.

-Tienes razón; ni siquiera su fueses perro serias digno de ser llamado Pochi. Lo siento por poner una carga tan pesada sobre tus hombros.

-Cuando aprenda cómo, ten por seguro que te voy a maldecir. -Murmuró el pelinegro, absorto en el movimiento del chuchillo con el que quería amenazar a WooHyun.

-De acuerdo, te pondré un nombre sencillo y fácil de recordar. ¿Una letra te parece? -Propuso, cortando agilmente las verduras para echarlas a un pequeño tazón.

-¿Una letra? No estarás hablando en serio...

-Ah, entonces sí te gusta Pochi. -Afirmó el castaño y el otro enseguida negó con la cabeza, agitándola de un lado a otro. WooHyun lo tomó como un sí a su propuesta. -Bien, comenzaré desde la A y me detendré cuando tú digas "alto".

-Sigo pensando que es una mala...

-Pochi.

-¡Agh! De acuerdo, lo tengo. Maldición, eres tan molesto. -Refunfuñó, cruzándose de brazos.

-A... -El fantasma lo miró y Nam sacó una sartén de un mueble, encendiendo la estufa para ponerlo. El chico suspiró, pensando en lo ridículo que era elegir una letra como nombre.

-Alto. -Dijo. WooHyun olvidó en qué letra iba, así que pensó en una rápidamente.

-Eh... L. -Echó las verduras a la sartén, provocando un débil siseo.

-¿L? ¿... Leonard? ¿No suena bien? -Preguntó emocionado.

-No, no, no, no. L, tiene que ser sólo L, ¿entendiste? Te llamaré Pochi si insistes en algo más. -L, como recién había sido llamado, frunció el ceño y maldijo en voz baja, dándose vuelta para salir de la cocina. -L... me gusta. -Murmuró para sí mismo, mirando por encima del hombro a L, quien volvía a sentarse en el sofá con el rostro lleno de resignación.

Esto podía ser divertido.

Oh my g̶h̶o̶s̶t̶! boy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora