26 (Especial)

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- No es por nada, pero realmente no esperaba que me dieras un regalo.

Jordan fue a clases al día siguiente, se sentía algo mejor y definitivamente el ambiente solitario de la casa comenzaba a asfixiarlo. Aún tenía un leve dolor de cabeza, pero no era tan grave como para permanecer un día entero postrado en la cama viendo cómo la soledad se adueñaba de su vida.

Se sentía agotado.

Al llegar a clases, lo primero que notó fue a Theo, este estaba sentado en una banca mientras veía el cielo. Se lo notaba perdido. Jordan pudo haber deducido que se encontraba triste, si no fuera porque en una pequeña instancia, lo notó sonreír levemente. Sí, definitivamente se notaba que algo bueno le había ocurrido.

Por alguna razón, quería acercarse a él, quería decirle algo, pero no sabía qué. De pronto recordó aquel presente que recibió de él, eso hizo que su cabeza se sintiera algo mareada; aún no lo abría, y no porque no quisiera - realmente estaba curioso -, sino porque algo le decía que ese regalo tenía algo que le cambiaría la vida. No quería sonar paranoico, pero realmente su comportamiento estaba algo extraño estos días.

Ya no sentía como antes el mismo rechazo hacia los homosexuales, y no sabía si sentirse aliviado o asustado. Estuvo recibiendo unas cuántas charlas con su madre por teléfono, y a pesar de lo maldito que se consideraba, sabía escuchar a las personas, en especial si se trataba de su mamá, una de las personas a quién más quería; y bueno, supongamos que había reflexionado un poco.

Supongamos...

Theo lo vio y no pudo evitar sonreír más de la cuenta.

- No es por nada, pero realmente esperaba que me lo lanzaras por la cabeza. - Theo lo dijo de broma, se lo notaba, pero aún así, Jordan no pudo evitar sentirse un poco mal.

¿Tanto daño había causado?

- No soy tan mala persona. - exclamó en un susurro que por suerte fue escuchado.

- Claro que no, ¿quién dijo eso?- Jordan rió por lo sarcástica que había sonado la frase, definitivamente debía pensar más al hablar. - ¿Lo abriste?

- ¿Eh?

- El regalo... ¿viste lo que tenía? - Jordan parpadeó por unos segundos antes de contestar.

- No... Pero si quieres lo puedo abrir hoy o aho...

- ¡No! Es decir, no es nada del otro mundo, no tienes que hacerlo.

- Pero, yo...

- Jordan, realmente no es necesario - interrumpió, el nombrado no insistió más. - Espera... ¿Traes el regalo ahora mismo?

Jordan no contestó la pregunta y simplemente volteó la mirada.

Genial, sin querer se había formado un jodido silencio extremadamente aburrido.

Jordan se puso a meditar en algunas cosas. Si realmente quería ser más tolerante y no dejarse llevar por sus pensamientos erróneos, debía convivir un poco más con aquello que supuestamente lo asustaba.

Debía dar el primer paso, o el remordimiento lo vencería totalmente dejándolo vulnerable ante todos, incluyendo hacia sí mismo.

- Theo. - el chico sacudió un poco la cabeza antes de verlo directamente a los ojos, ¿Jordan lo había llamado? - ¿Có-cómo se encuentra tu tía?

Okey, definitivamente ninguno de los dos se esperaba aquello.

Jordan supo que aquella muchacha se encontraba bien, en el momento en que notó a Theo sonreír como un completo idiota.

Querida mamá. [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora