61 (Especial)

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bamos ah iorar ahre.
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—Okay, necesito saber el porqué me estás mirando como si quisieras asesinarme. —Jordan repentinamente comenzó a ponerse nervioso, la mirada de su padre era muy penetrante y un escalofrío recorrió su columna dorsal cuando notó que este comenzaba a acercarse.

Intentó pensar en las cosas que había hecho últimamente, y por más que quería, no logró recordar algo que pudiera considerarse como "malo", así que sencillamente no entendía su comportamiento inusual.

"¿Será que le levanté la voz o fui grosero sin darme cuenta?" Jordan pensó en aquella posibilidad, pero rápidamente la descartó. Todos sabían que él no tenía la mejor paciencia del mundo, que solía ser excesivamente gruñón y que le daba igual lo que el resto pensara de él, y con su padre no era la excepción. Había ocasiones en las que discutían muy fuerte debido a que sus distintas —y al mismo tiempo similares — personalidades chocaban, pero a pesar de eso, su padre nunca dio indicios de querer castigarlo o algo.

—No te miro así. —dijo sencillamente su padre haciendo que Jordan se sintiera frustrado.

—¿Ah no? Entonces deberías verte en un espejo, papá. Tu cara es peor que la de un ogro, y eso puedo asegurarlo a pesar de nunca haber visto uno. —Jordan comenzaba a enfadarse, no le gustaba los dramas innecesarios; comenzaba a pensar que su padre solo estaba actuando así por mero gusto de hacerlo preocupar. Él siempre era tan exagerado.

—¿Por qué estás preocupado, Jordan? ¿Acaso has hecho algo que no debes y ahora te pesa la conciencia? —el nombrado frunció el ceño ahora sintiéndose más confundido.

"¿Fue porque el otro día me comí su ración de postre?"

—¿De qué carajo estás hablando ahora? —el padre negó con la cabeza, como quien disfrutaba ver el rostro confuso de su hijo.

—¿Crees que tienes el derecho de faltarme el respeto? Recuerda que soy tu padre y no debes hablarme de esa manera. —Jordan no entendía nada.

—Siempre hemos tenido ese trato y no te has quejado. No me vengas con mierdas ahora. —John asintió comprendiendo las palabras de su hijo y soltó una risita que logró inmediatamente que Jordan se tensara en su sitio y solo pensara en huir lo más pronto posible.

¿Por qué una leve voz le decía que algo malo saldría de todo esto?

—Tal vez ese es el problema. Te he dado demasiada libertad para que hicieras lo que se te pegara la regalada gana; no te he educado como se supone que un padre debe educar a su hijo. Tu madre siempre tan dócil sin darse cuenta de lo que pasa alrededor, no sabe otra cosa más que tratarte bonito, sin notar que te estás convirtiendo en una persona muy malcriada y desobediente. Y todavía se atrevió a dejarte solo para irse dizque a trabajar. Ja, sí claro.

—¡Oye! —Jordan sintió que esa fue la gota que derramó el vaso. —No creo que tengas el derecho de decir todo eso. Entre tú y mamá, es ella quien siempre estuvo a mi lado en todo lo que necesitaba mientras que tú solo te excusabas diciendo que tenías mucho trabajo. ¡No toleraré que te expreses así de ella cuando ha hecho un trabajo mil veces mejor como madre de lo que tú lo has hecho como padre!

Jordan sentía que su paciencia se acababa. Ahora mismo solo quería acabar con esta charla absurda, irse a su habitación, llamar a Theo, invitarlo a comer unos jodidos helados, y largarse de ese lugar lo más pronto posible.

—Oh, así que ahora soy un mal padre. Eso es nuevo. —John rió como si hubiera escuchado el mejor chiste de la vida. Para él, lo era. —¿Entonces, por qué siempre decías que de grande querías ser como yo? —Jordan tenía la respuesta a esa pregunta.

Querida mamá. [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora