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Desde esa noche fue costumbre que me salvaras de cualquier tropiezo, como el que me vino a la mente.

Era un Jueves por la mañana, no habiamos tenido clases ninguno de los cuatro, asi que decidiste que todos iriamos al gym a entrenar un poco, entramos y decidi subirme a una bicicleta estatica, pedaleaba cada vez mas fuerte obviamente me canse entonces se me ocurrio quitar mis pies de los pedales y bajarlos al piso, claro que mi logica no me ayudo mucho al pensar en que estaba haciendo, ya que obviamente los pedales siguieron girando y uno de ellos se me encajo en mi espinilla, vaya que si me dolio, mis papas al percatarse me ayudaron a bajarme de la bicicleta, aunque mi mamá se habia molestado, mis hermanos se habian reido un poco y tú solo guardaste silencio, caminamos de regreso a casa, ya estando en mi habitacion checaste mi herida, aunque la sopresa fue que me habia abierto la espinilla, tú me suturaste y aún tengo la marca.

Esos momentos son los que me hacen sonreir, porque se que al recordarte sigues vivo en mi mente, sigues vivo en mi corazón, sigues a mi lado.

Porque al recordarte feliz me siento bien, me imagino abrazandote, diciendote lo mucho que te amo, recordar es lo único que puedo hacar para sentirme cerca de tí.

Padre mio, mi amado padre.

Te amare eternamente.

-Atte: tu hija
P.D: Sonreire al cielo, con lagrimas en los ojos de felicidad al saber que jamas te iras.

Solo a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora