"Posdata: Te amo"

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Hoy es el día de su boda, a pesar de que hace unos días, con el corazón en la mano y llorando entre sus brazos le pedí que no se casara, no dijo nada, solo lloró con más fuerza, supe que algo andaba mal pero no pude preguntar, las lágrimas y el nudo en mi garganta no me permitían articular palabra alguna más que unos gemidos de tristeza, ayer en la mañana se fue, tenía que hacerse la prueba del vestido y ahí mismo lo vería por primera vez realmente no tenía nada de interés en su boda, habló con Jennifer un rato, al parecer Piper se quedaría en casa de su madre para de ahí irse a la iglesia, le di una copia de las llaves de mi departamento por si necesitara algo, tonto ¿No?, darle llaves para que ella pudiese entrar a mi departamento, no sé, pensé en la posibilidad de que ella volviera a mi algún día y que no necesitara tocar la puerta, es una metáfora, ella siempre va a saber cómo entrar a mis pensamientos, a mi corazón, no necesitará tocar o pedir permiso para hacerlo.

Mi teléfono me notifica una llamada entrante, es Nicky, seguramente me llama para preguntarme si iré a la boda, la misa comienza en 2 horas y la verdad, aun dudo en si es prudente para mi corazón el ir a ese lugar, decido contestar después de no sé cuántos timbres.

- ¿Qué pasa Nichols? – Dije seria.

-Ay, que genio te has de cargar hoy. –

-Lo siento, pero sabes muy bien por qué. –

- Si, lo sé, aún sigo creyendo que es conveniente que llegues a la iglesia cuando ella esté a punto de contestar, la cargues en tus brazos y salgas corriendo con ella. – A veces Nicky puede tener una gran imaginación.

- Eso no pasará Nicky, pero si llamabas para saber si iré, si lo haré, pero solo por Red. –

- Muy bien, a ella le encantara escuchar eso, te dejo porque Lor quiere que las lleve a arreglarse a un salón que esta por el centro, te veo allá, adiós Vause. –

-Adiós, Nichols. – Y finalicé la conversación.

Voy directo al baño, quiero tomar una relajante ducha, entro y estabilizo el agua mientras me desvisto, coloco shampoo en mi cabello y cierro los ojos para que este no me caiga en los ojos, a mi mente llegan todas aquellas veces que me bañé con Pipes, cuando mis manos enjabonadas viajaban con descaro por su cuerpo, las veces que la hice mía en la ducha, cuando gritaba mi nombre pidiendo más y que aun con el agua fría, nuestros cuerpos ardían en pasión pura.

Después de bañarme y elegir un atuendo cómodo, veo el reloj, falta una hora para dar comienzo al fin de un nosotras que apenas y comenzaba a asomarse por un horizonte, opto por un maquillaje sutil pero sexy, no voy a verme derrotada ante esa perra doble cara y menos ante mi prometida con la cual solo he mensajeado algunas veces.

Salgo de mi departamento, subo a mi auto y arranco por las calles de New York mientras un nudo en mi garganta aparece, de nuevo, recuerdos de nosotras, de lo que hemos pasado juntas, ella que aun en la distancia se vuelve inevitable, ella que me enseñó lo que es el amor verdadero, amar y ser amado, sufrir, reír, llorar y sonreír, ella el sol de mis días nublados y la luz de mi oscuridad, ella el todo de mi nada, ella el amor de mi vida.

Llego después de unos 30 minutos a la iglesia, salgo de mi auto y puedo ver a Red, Nicky y Lorna esperando fuera de la iglesia, adentro está Jennifer platicando con Abel y mi sangre hierve de coraje, maldita sínica.

-Tranquila, nosotras también queremos darles sus buenos golpes. – Dice Nicky poniendo su mano en mi hombro.

-No sabes la rabia que le tengo. –

- ¿A Jennifer o a Piper? –Preguntó Red y yo la miré incrédula. – Porque quiero recordarte que Piper sabe que Jennifer la engaña y aun aquí estamos esperando a que ella llegue. – Yo me quedé callada, Red tenía razón, pero yo jamás podría odiar a Pipes, no a ella.

Te llevo en mis letras. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora