4

7 0 0
                                    

Ya estamos cerca de las vacaciones, todo estaba comenzando a mejorar, Brooke se estaba convirtiendo en una gran amiga, al igual que Ash, me estaba alejando de Antonella y Lara. Y la verdad no me arrepiento de eso, una tarde estaba en mi salón cuando Dylan y sus amigos entraron y se sentaron al rededor mio, yo solo los miré raro.

-Oí que te gusto- dijo Dylan con autosuficiencia, y una sonrisa, de esas que lograrían derretir hasta al hielo mas frío.

-No- contesté seca, podía sentir sus ojos directamente en los míos, estaba totalmente enamorada de él, pero no podía decírselo, no si no estaba segura de que él sentía lo mismo por mi, y todos sabemos que eso nunca va a pasar.

-Vamos, amor, me gustas, y mucho, no quieres un beso?- dijo y comenzó a acercarse peligrosamente, tenía muchos problemas, pero mi carácter no era uno de ellos, a mi nadie, ni siquiera Dylan, me va a hablar así, solo lo empujé y salí de allí. Comencé a correr hacia el baño pero me choque con Ash, el me abrazó y yo solo comencé a sollozar muy bajo.

Y por eso, ya no les hablo, a demás de unirme mas con el "chico nuevo" pero de las burlas de los mas grandes no me salva nadie. Cada que pasaba, Dylan y todo su grupo gritaban cosas, el solo me decía: amor o bebé, y el resto silvaba o algunos cumplidos, yo solo pasaba de ellos. Pero todo se fue a la mierda. Ya era de noche, estaba usando mi celular y veo un mensaje del mismísimo Dylan
"HOLA LINDA. ME DIJERON QUE TE GUSTO, QUE TE PRECE SI MAÑANA NOS VEMOS?"
Este chico era realmente odioso, reí, me gustaba, pero sentía tanta impotencia y ganas de gritarle que se largara de mi vida. No le contesté, solo bloquee mi celular y encendí la tv. Mi cabeza no paraba de dar vueltas, solo quería tener la vida fácil que tenia antes.
Estaba a punto de quedarme dormida, naufragando entre mis lamentos,  cuando siento unos pasos en mi jardín. Me daba miedo, quizá era un ladrón, o un asesino, o... Me acerque lentamente hacia la ventana, mi habitación quedaba en la planta baja, el resto de mi familia dormía en el segundo piso, y la soledad en la que me encontraba no me daba un aliento de valentía. Tome lo primero que alcancé, y abrí lentamente la ventana, allí,  parado justo en medito de mi jardín, buscando  sabrá dios que, estaba Ashton. Su cabello se movía al conpas del viento, sus ojos iban y volvían por toda mi casa, llevaba una chaqueta negra, con unos jeans apretados, esos jeans que llevaba siempre.
-Que rayos haces aquí Ashton?- pregunté, logrando que se sobresalte.
-Diablos niña, casi me matas del susto- ambos sonreímos y le hice una seña para que entre a la casa.

Al borde del abismo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora