Con Ashton dentro de mi casa, hablamos de mil cosas, hasta que salió el tema de porque el chico se encontraba en mi jardín trasero.
-Tenía algunos problemas para dormir, pensé que podría...- comenzó a explicar, lo entendía, ser nuevo no es nada sencillo. Solo asentí sonriendo cálidamente.
-No te preocupes... Pues quedarte si quieres...- de sus labios brotó una sonrisa, una hermosa y gran sonrisa.
-Gracias- dijo y me dio un abrazo, uno de esos abrazos que hace tanto tiempo necesitaba...
Estoy tan feliz de que seamos amigos, junto a él todos mis problemas, mis complejos, toda la mierda por la que pasé, todo parece desvanecerse. Es bueno que en medio de la oscuridad puedas sentir el calor de una pequeña luz que hace que la esperanza florezca nuevamente en ti.
-Mira lo que traje- volví al mundo real y miré a Ash, estaba sacando refrecos, hamburguesas y unas películas de su mochila- Señorita, ¿Sabe usted lo que esto significa?- reí y negué con la cabeza -woow, no eres muy rápida, ¡NOCHE DE AMIGOS CARIÑO!- Reí mas.
-Calla niño, que vas a despertar a mis padres- el solo hecho de que mi madre se despertara y me viera con un chico en mi habitación me resultaba catastrófico, nunca fue una mujer confiada y mas de una vez me trató de puta, así que prefiero evitar situaciones como estas.Esa fue una noche muy especial para mi, por primera vez en mucho tiempo me sentí realmente feliz, sin pensar en la vida que dejé atrás, sentí que aquello era una amistad real.
Hablamos de muchas cosas, a él le gusta andar en skate, ver películas de terror, salir con su amigos... le conté de mi fascinación por los libros, que amo las películas pero sobre todo las clásicas, que me gusta el café con chocolate... pero una cosa me guardé, una por la que sentía tanta vergüenza que preferí guardarla en el fondo de mi corazón, junto a todas las cosas que me habían lastimado o que simplemente quería olvidar.
A las seis de la mañana Ashton se fue, un poco porque ya era tarde otro poco porque a esa hora se levantaba mi mamá para ir al trabajo. Esa noche creo que abrí un poco mas mi mente y me propuse ser una nueva persona, sin prejuicios, sin demonios, sin llantos, solo ser la chica que todos ven sonriendo en los corredores como si nada le importara, como si cada comentario, cada mirada, cada una de esas cosas que mi mente maquinaba constantemente no existieran.

ESTÁS LEYENDO
Al borde del abismo.
Teen FictionEs la historia de una adolescente. Pero no la típica historia que cuenta como la chica menos popular, casi inexistente se queda con el bombon de la secundaría. No, es una historia real que cuenta como una chica con un nombre peculiar, personalidad c...