Nadie esperaba que Aomine Daiki, el as del equipo de básquetbol de la escuela tuviera un amigo como Kagami Taiga, un chico con apariencia total de nerd.
Sin embargo, hay una razón para ésto, y esa razón no será muy buena para Aomine.
**Este fan...
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..::Capítulo 2 - Sin sueños::..
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Las clases habían sido muy aburridas. La peor clase para él era 'escritura japonesa'. Vaya que le resultaba un tanto difícil tratar de escribir los kanjis... en realidad le resultaba más fácil leerlos que escribirlos.
Pero suponía que aquello era normal; un extranjero que había llegado hacía poco a Japón no podía aprender tan rápido todos los kanjis.
Era la hora de receso, así que podría preocuparse por los estudios en otro momento.
Allí estaba, con Kuroko sentado del otro lado de la pequeña mesa al aire libre; éste último miraba cómo su amigo de cabello negro y anteojos devoraba con esmero ese enorme sándwich. Sólo con verlo comer, Tetsuya sentía que su estómago estaba satisfecho.
—Kagami-kun, deberías comer más despacio, la comida puede atorarse en tu garganta y puedes morir. — Mencionó el peliceleste, sin entender ninguna palabra que había salido de la boca de su compañero como respuesta.
Kagami notó la pequeña sonrisa que se formaba en los labios de su amigo... ¿Acaso había dicho algo gracioso? Ya sabía... era simplemente que Kuroko le gustaba fastidiarlo... sí eso era.
Tragó el gran bocado que tenía en la boca para hacer un comentario, sin embargo, un chico acaparó su atención: Aomine Daiki se aparecía en el lugar, caminando tranquilamente; a su lado, se encontraban un par de chicas que parecían ser de un grado inferior. Ellas parecían estar comentando algo interesante, sin embargo, la cara de Aomine reflejaba cuán aburrido y desinteresado estaba en ambas chicas, incluso, dejando salir un bostezo.
Estuvo a punto de levantarse de su asiento, encarar a Aomine y cuestionarle sobre el por qué no había contestado su mensaje el día anterior; pero aquello no estaría nada bien, además, el moreno no tenía que rendirle cuentas a nadie.
Prefirió olvidar el asunto y prestarle atención a su enorme sándwich.
Estaba empezando a tener éxito en pensar algo más como... "¿qué podría hacer de comer en la tarde?", o "¿Debería ir hoy al supermercado o esperar hasta mañana?", cuando una voz grave acaparó su atención.
—Hey...
Escuchó, y esa voz interesante lo hizo levantar la mirada, encontrándose a unos zafiros que lo miraban con tranquilidad.
No pudo mencionar nada, sólo tragó el bocado que tenía en la boca y así se quedó: mirando a Aomine, quien decidió seguir hablando, ya que parecía que no iba a tener respuesta a su... especie de saludo.
