Nadie esperaba que Aomine Daiki, el as del equipo de básquetbol de la escuela tuviera un amigo como Kagami Taiga, un chico con apariencia total de nerd.
Sin embargo, hay una razón para ésto, y esa razón no será muy buena para Aomine.
**Este fan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
..::Capítulo 9 - Nueva Apariencia::..
.:.
.
Una semana más había pasado, y, durante toda la semana pasada, Tetsuya había animado de muchas formas a su mejor amigo para que éste intentara hablar con Aomine y le explicara lo que había pasado y las cosas que aún sentía por él.
Kagami pensaba que no tenía nada que perder, y esperaba que el moreno pudiera escucharlo, al menos.
—Sé que puedes hacerlo, Kagami-kun. — Kuroko lo seguía animando, ambos se encontraban en la entrada de la preparatoria; la campana de salida ya había sonado y ellos habían sido los primeros en salir.
Ahora sólo esperaban que el moreno apareciera para que Taiga tuviera una oportunidad de hablar con él.
Pasaron algunos minutos, los estudiantes ya se retiraban lentamente del plantel, cuando los dos chicos vieron que Daiki se dirigía hacia ellos, con Momoi Satsuki como su acompañante.
El moreno no se había dado cuenta de la presencia de Taiga, mucho menos de la de Kuroko.
Cuando Daiki estuvo a una distancia considerable, el megane decidió hacer su parte, caminando unos pasos hasta estar frente a él, quien se detuvo al notar a Kagami ahí, a unos pasos lejos.
—Hey... ¿Podemos hablar? — Las palabras de Taiga habían sonado con mucho nerviosismo.
Habían sido casi dos semanas desde que Daiki no veía a Kagami tan cerca de él, y eso, aunque no lo pareciera, hizo que su corazón latiera rápido.
—¡¡No!! ¡Claro que no quiere hablar contigo! ¿No crees que ya has hecho suficiente, Kagami Taiga?— Satsuki interrumpió, tomando a su amigo moreno del brazo y jalándolo, para irse de allí.
Antes de irse, Aomine miró fugazmente los rubíes de Kagami, luego siguió su camino junto a la chica pelirrosada.
Esa simple mirada había hecho que Kagami aún tuviera esperanza, no pudo evitar que una sonrisa pequeña se formara en sus labios.
—Intentaremos algo más, Kagami-kun. — Animó Kuroko, regalándole una sonrisa cómplice, pues se puso contento al ver cómo, con esa simple mirada de Aomine, el semblante de Taiga cambiaba para bien.
El megane no respondió a las palabras, sólo asintió con un movimiento de cabeza, notando cómo su ex novio moreno seguía caminando, perdiéndose a su vista entre todos los estudiantes.
—Se me ocurre algo. — Confesó el megane, con un brillo de esperanza en sus ojos. —Necesito que tú me ayudes.