Nadie esperaba que Aomine Daiki, el as del equipo de básquetbol de la escuela tuviera un amigo como Kagami Taiga, un chico con apariencia total de nerd.
Sin embargo, hay una razón para ésto, y esa razón no será muy buena para Aomine.
**Este fan...
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..::Capítulo 6 - El inicio de una relación::..
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—Dai-chan, hoy estás de muy buen humor, incluso ya estabas listo cuando fui a buscarte a tu casa. ¿Estás bien? —Momoi cuestionó, mientras caminaba al lado de su amigo de la infancia, para llegar a tiempo a la escuela.
—Uhhh... sólo creo que es un buen día, hace un buen clima. — Contestó, aunque no pudo borrar su sonrisa de sus labios.
—Ajá... ¿Sabes qué es lo que creo? Que algo pasó con Kagamin.
A la mención del chico de lentes, Aomine giró el rostro hacia otro lado, claramente evitando que la chica mirara su sonrojo, lo cual, Momoi claro que se dio cuenta.
—¡¡Wahhhh!! ¿De verdad pasó algo con Kagamin? ¡¡Cuéntame!!
Lo mejor era contarle a la pelirrosada lo que había pasado, para que ella dejara de molestarlo.
Sin embargo, dentro de Daiki, estaba esa sensación de traición hacia la chica, quien también se había fijado en Kagami... se sentía tan mal con ello; pero después de que Satsuki entendió que Daiki y Taiga se querían, supo que lo mejor que podía hacer era hacerse a un lado, y dejar que sus dos amigos fueran felices.
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Kagami, en ese momento que Aomine platicaba con Momoi, hizo lo propio con su mejor amigo, Kuroko Tetsuya, quien terminaba de contarle que Midorima por fin quería llevarlo a su casa, a cenar con sus padres.
El chico peliverde y Tetsuya, hacía un mes, que se habían animado a mantener una relación a los ojos de todos, y por supuesto que Taiga había mostrado su apoyo, aceptando, finalmente, a Midorima Shintarou.
—Kuroko, yo también necesito comentarte algo. — Inició la plática, de inmediato obteniendo toda la atención del peliceleste, como ya era costumbre. —Verás... el día de ayer... Aomine y yo...
—Oh. ¿Por fin decidieron iniciar una relación? — Interrumpió, sin mostrar ningún cambio en su rostro, como siempre.
—¿Cómo lo supiste?
—Lo sospeché desde que ambos iniciaron a frecuentarse más. Además Aomine ya te miraba de una forma diferente.
¿De forma diferente? ¿Cómo era que Kuroko se había dado cuenta de esas cosas? ¡Ni siquiera el mismo Taiga lo notó! Bueno, no es como que fuera muy observador, después de todo.
