Nadie esperaba que Aomine Daiki, el as del equipo de básquetbol de la escuela tuviera un amigo como Kagami Taiga, un chico con apariencia total de nerd.
Sin embargo, hay una razón para ésto, y esa razón no será muy buena para Aomine.
**Este fan...
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..::Capítulo 3 - Promesa::..
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Había pasado una semana desde que entregaron el maldito ensayo de inglés; era obvio que obtendrían una nota alta y la felicitación por parte del profesor no se hizo esperar, pero además de eso... ni Taiga ni Daiki habían hablado desde entonces.
El pelinegro no culpaba al as basquetbolista, ningún chico popular quisiera ser amigo de un chico nerd; no quería que la reputación de Aomine decayera, seguro que el moreno tenía muchas fans que lo asediaban y chicos que lo idolatraban... no quería arruinar eso.
Aunado a todo ello, estaba el hecho de que, no había salido de la mente de Taiga aquella pregunta que Aomine le había hecho. "¿Qué es lo que él quería?" ¿Quería llevar su vida como su padre le dijera?
Porque por más que pensaba... no tenía una meta, ni un sueño... Era patético.
Por otra parte, se dedicó a pasar más tiempo con su mejor amigo, yendo a Maji Burger, o a su departamento a jugar videojuegos... aunque, cuando Midorima aparecía, siempre tenía una excusa para irse y no ser 'el tercero en discordia'.
Aunque Kuroko le confesara que entre el chico de cabello verde y él no existía nada aún, estaba seguro de que sólo era tiempo para que ambos chicos iniciaran una relación; así que se estaba preparando psicológicamente, pues sabía que, cuando su amigo peliceleste iniciara su relación, ya no habría mucho tiempo para él.
De cualquier forma, estaba bien con ello... mientras Kuroko fuera feliz, Kagami lo apoyaría.
Llegó a Maji, fue hacia la barra de pedidos y ordenó 15 hamburguesas de queso y una soda; por ese día no le apetecía cocinar para él, y con Alexandra regresando a América, ya no tenía muchas obligaciones en casa.
Comía su hamburguesa número 9, mirando hacia fuera de la ventana, cómo los estudiantes de varias escuelas locales caminaban tranquilos.
El pensamiento de Akashi haciéndole la apuesta, pasó por su mente... Se preguntaba si el chico de ojos bicolor se molestaría si olvidaban esa apuesta.
Seguro que Seijuuro lo mataría...
—No pensé que me ignorarías por una semana entera...
Kagami escuchó, de inmediato giró su vista, y frente a él, de pie, encontró a ese chico a quien había traído en la mente por razones de conveniencia.
—Aomine... Tch. No te aparezcas así.
—Entonces... ¿Ya terminaste de llenar ese hoyo negro al que llamas 'estómago'?— El chico rió a su propio comentario, luego sentándose frente al pelinegro, con dos hamburguesas teriyaki en una mano y una soda en la otra.
