El viaje a la base de operaciones que me dijo el General Johnson se encontraba un poco lejos. La verdad, recuerdo que tardamos cerca de una hora en helicóptero y fue la hora más larga de mi vida. Un silencio me rodeaba y de vez en tanto sollozaban cuchicheos de parte de algunos de los soldados que nos acompañaban al General y a mí.
-Para mí que lo que mato a la bestia fue el aroma de este hombre - comentaban por debajo uno de los soldados mientras me miraban y se reían.
-¡UN POCO DE RESPETO SOLDADO! - Les grito el General Johnson a los soldados que nos acompañaban - Este joven hizo mucho más de lo que ustedes manga de ignorantes hicieron en el transcurso de esta misión.
Los soldados hicieron un silencio absorto mientras yo buscaba el edificio donde estaría la base de operaciones, aunque la realidad era que no había nada a la vista, nisiquiera una pequeña cabaña se divisaba ante mis ojos. Mientras mis ojos divagaban en búsqueda de algún lugar donde aterrizara el helicóptero, oigo que uno de los pilotos dice:
-¡Hemos llegado mi General! Iniciando aperturas de compuertas subterra.
En ese preciso instante el suelo de ese campo comienza a abrirse de par en par mostrando pequeñas luces como dando señal que era bastante profundo ese lugar
-Bienvenido a nuestra pequeña base de investigaciones joven Amílcar. Lo bautizamos El Abruptum. Necesitamos hacerte unas preguntas y ver que ha sucedido en la calle Richmond contigo y el Magnu Canis.
-¿Qué es un Magnu Canis? - Pregunte mientras admiraba todo la base de operaciones.
-Significa Perro Enorme en latín - Me decía uno de los soldados que venía con nosotros - El General Johnson adora el latín.
-No puedo negar que adoro las cosas raras. Y el latín no es la excepción muchacho. - Decía el General mientras se acomodaba las mangas de su camisa.
No voy a negar que el descenso tuvo su tiempo, aunque en el trayecto de bajada observe varios pisos con cosas extraordinarias. Cuando aterrizamos, el General me mando con unos soldados para que me guiaran a darme una ducha y una ropa más cómoda debido a que me vería con personas importantes. No olvido los nombres de esos soldados porque fueron un punto clave en esta mi historia que les estoy contando: uno era el cabo Nicolás y el Teniente, recién ascendido, Carl. Ambos eran muy amigos a pesar de sus cargos. Unidos por el deporte en la secundaria y separados por cargos en el ejército, era una amistad digna de admirar. Cuando llegue a las duchas me ofrecieron ropa nueva y una navaja para afeitarme.
Después de darme LA ducha, llegue a la sala de operaciones donde observe a una multitud de personas de renombre que veía por la televisión del bar: Presidentes y empresarios multinacionales mirándome como si fuera un bicho raro y hablando por debajo como sorprendidos por lo que veían.
-Damas y Caballeros, les presento al Señor Amílcar Reynolds. El hombre que mató al Magnu Canis de un golpe. Tenemos imágenes y videos de lo sucedido.
En ese instante, imágenes y videos se proyectan en las cuatro paredes de la enorme sala de reuniones donde me podía ver golpeando a una enorme bestia de tres metros de largo por casi metro y medio de alto. Todos observaban las pantallas, yo observaba a todos. Pensé en cómo era que el general sabia mi nombre y mi apellido y como sabía que el hombre que se suicido era mi padre. Si es que decía la verdad. ¿Qué planes tendrán conmigo?
-Jovencito - Escuche a una mujer mayor, de aproximadamente 50 años que tenia frente a ella un pequeño cartel que decía Jane Foster, Ministra de Justicia. - ¿Se da cuenta de lo que acaba de realizar?
-Emm, no. Realmente acepte venir acá para obtener respuestas a lo que está sucediendo - Comente mientras me trataba de sentar y mantener la postura.
-La realidad jovencito es que desde hace 25 años que estamos en persecución de estos Magnus Canis y cuando los hallamos acaban con tropas y tropas de nuestros soldados. Tratamos de mantenerlo encubierto por bastante tiempo, pero la realidad es que hoy ya no pudimos controlarlo hasta que apareciste.
-¿Cómo que "estos" Magnus Canis? ¿Cuántos hay? - Comente asustado.
-Creemos que hay una docena esparcida por la ciudad de Geist. Escondidos, apareciendo solo cuando tienen hambre o los encontramos. Pueden adaptarse a cualquier cosa. Intentamos matarlos con cualquier tipo de arma que el hombre haya conocido. Ni la nuclear ha podido hacerle un rasguño cuando realizamos una prueba con un Magnu Cani en el desierto de Timely. Hasta que usted apareció joven Reynolds - Me decía casi sin respirar el General Johnson.
-¿Y cómo podría ayudarlos? - Pregunte sorprendido ante tal hazaña.
-Quédese con nosotros joven Amílcar, lo ayudaremos y usted nos podrá ayudar con estas bestias.
Al principio sonó bien, me encantó la idea de poder servir a esta comunidad. Aunque seguramente, así como yo, debes tener dudas en tu mente. Créeme, esto recién está empezando a sonar interesante.
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Amilcar: Héroe En Progreso
Science Fiction¿Qué pasaría si una mañana despiertas con un don extraordinario y ademas, ese mismo día salves al mundo con ese don? Sería fantastico, no? Para Amilcar fue el inicio de una vida de aventuras, pero también una vida sin paz.