El Rey León 4

28. Guerra

Flashback

El león beige solo observaba desde una colina a las leonas de su manada, tratando de tener un momento de tranquilidad. Después de que su líder había muerto y fueron expulsados de su tierra sin tener a dónde ir.

Un Ave blanca volaba hacia el león.

El león levantó la vista y se enderezó para no mostrar lo emocionalmente destrozado que estaba—Volviste pronto Ono—le hablo apagadamente cuando este se posó en su hombro.

—Las leonas me dijeron lo qué pasó—le dijo el pájaro—Lo siento mucho. Era un buen chico ¿Cómo está Moka?—le preguntó.

—Está en depresión, no saldrá de la cueva en un largo tiempo.

El león se levantó y comenzó a caminar sin dirección—¿Cómo estuvo tu viaje a Pridelands?—preguntó tranquilamente.

—Tuve problemas al encontrarlo. Creí que había dicho que era una tierra seca y gris.

—Eso fue lo que me dijeron.

—Pues yo creo que es una tierra bastante bonita. Había muchos animales y agua.

—¿Pridelands se recobró? ¿Scar hizo eso?

—No. Los animales me dijeron que murió hace poco tiempo.

Esa era la única respuesta lógica—Supongo que alguien lo destronó. ¿Cómo se llama el rey?—preguntó curioso de saber quien era el que gobernaba su ex hogar.

—Me dijeron que se llama Simba.

—¿Quién?

—Simba, Señor.

—Eso no es posible—dijo alzando la voz—El y mi padre murieron en una estampida. Fue por eso que Scar se hizo rey.

—Pues él está vivo

Kazin soltó un gruñido.

—Scar fue quien mató a Mufasa—explicó Ono—¿No le satisface saber que su padre fue vengado por su hermano?

—No me sorprende. Siempre supe que la bondad de mi padre sería su perdición y sospechaba de las intenciones de mi tío, por eso hizo que me exiliaran. ¡Pero aún así, elimino a mi padre y no pudo con un estúpido cachorro!

Entonces su hermano seguía vivo, y ahora el era el rey. Mientras el estaba ahí con lo que quedaba de su manada, heridos y sin territorio. El líder de su manada había sido cobarde al declarar la guerra en lugar de hacer el reto con el león de la manada forastera, si hubiera hecho el reto no habría leonas llorando por sus cachorros asesinados y vagando sin un hogar.

Había sido tonto seguir y agachar la cabeza al líder de la manada que lo acogió. Había sido tonto en dejar que esa manada se saliera con la suya sin pelear. Había sido tonto dejar Pridelands sin pelear.

—Está perdida, Ono, es la última que tendré

—¿Señor?