El Rey León 4

19. Las Paredes tienen Oídos y los Árboles tienen Ojos

Lejos de la jungla en las praderas del reino. Kion y Vitani estaban sentados juntos mientras discutían y contemplaban el cielo nocturno en la punta de la roca del rey.

—Entonces tu padre no sabe nada

Kion respondió un "si" con la cabeza

—¿Se lo dirás cuando regrese?—preguntó Vitani

—Es nuestra única opción

—¿Y crees que lo tome bien con todo lo que ha pasado?

—Pues...

—¿Hay señales de tu padre, Kion?—preguntó la reina

—Aún no Nala—le respondió Vitani

Nala se sentó a lado de ellos en silencio.

Kion vio la cara de preocupación de su madre, sabía lo mucho que amaba a su padre y lo angustiada que estaba al saber que se había ido solo ha algo peligroso.

—Mamá, papá estará bien, ya no debe tardar en volver

—Se que él estará bien. Me preocupa que Adira lo haya acompañado

—Estará segura con el. Nadie sabe como sobreproteger niños mejor que él—le sonrió

—¿Rafiki te dijo a dónde iría?—le preguntó Vitani a Kion

—No me dio muchos detalle, excepto que planeo ir a rescatar a Wezi y Kula.

—Pero no sabremos si podrían estar en peligro—interrumpió Jay

El y Vania llegaron acompañados por Timón y Pumbaa

—¿Cuándo regresará nuestra hermana, el abuelo y Zazu?—preguntó Vania mirando al horizonte

—No queremos que les pase nada—dijo Jay mirando a su tío

—No se preocupen chicos, su abuelo es un sobreviviente—los animó Pumbaa

—Es cierto, nadie puede derrotarlo—dijo Timón dando puñetazos al aire

"Ah los buenos Timón y Pumbaa" pensó Nala, nadie mejor que ellos para aliviar la preocupación por un momento. Los cachorros sonrieron más animados, incluso ella se sintió mejor y había algo de verdad en las palabras de Pumbaa; su Simba era un sobreviviente y regresaría a casa, siempre lo hacía.

Se escucharon truenos en el cielo y se siento un leve viento.

—Parece que va a llover otra vez—dijo Kion mirando al cielo nublado

—No me gustan para nada las tormentas.—dijo la suricata subiendo a la cabeza de Jay—Porque no mejor nos vamos a dormir

Y así todos decidieron entrar a la cueva para dormir.

_______________________________________________
El día siguiente, la mañana de la partida, todos armaron un plan para escabullirse de ambas manadas.

—Dices que está cueva tiene otra salida—dijo Simba mirando la entrada del lugar de alojo que le había dado Mara desde que llegó.

—Si, por eso elegí este lugar, será más fácil escapar sin que los vean—explicó la tigresa