[Crushed Friendship] «Seventeen Hoshi y Tu»

« S E V E N »

[ONE]

Estaba sentada como de costumbre sobre la mesa del maestro,

Extrañamente, me encontraba en el salón de quinto grado de primaria.

Aquí fue cuando conocí a Soury, una niña igual de extraña e incomprensible que yo.

Siempre fuimos infantiles, jamás dejamos de ser niñas.

El pizarrón está a mi lado derecho, y la entrada al salón estaba abierta, podía ver desde aquí quienes podían entrar.

Y justo en aquel pasillo, subiendo una a una las escaleras,

Soonyoung, con sus labios en una línea, y sus mejillas algo infladas, venían así mi, con su cara de disculpa.

Él entró, y por inercia lo abracé.

— lo siento, no volveremos a pelear así. — masculló sobre mis hombros, y mis oídos, y sonreí por primera vez en mucho tiempo, sincera, por qué él correspondió mi abrazo.

Entonces entró Soury, la cual también quería unirse al abrazo,

La cual mencionó,

— nunca volvamos a pelear de nuevo, chicos.

Y se unió al abrazo.

[🕕🕙🕛]
*El tiempo, regresa al presente*

Desperté sobre la paleta de mi silla.

¿Todo eso había sido un sueño? ¿Eso jamás pasó?.

Un momento, no estoy en mi silla, y esta no es la paleta de mi silla.

¡Es mi abuela con la escoba regañándome! ¡Por qué la desperté, con mi gran susto de ensueño!, ¡Estoy en mi cuarto!.

— ¡Nooo! ¡abuela! ¡Baje la escoba!.

Mencioné, pero ella no me escucho, estaba sobre mi cama, y ella estaba intentando golpear algo.

No se si era a mí, o a una...

— ¡Hay una cucaracha! ¡Yo la vi! ¡Estaba sobre tu cama! ¡Era horrible!. — habló completamente alterada, sin escucharme, alzando la escoba sobre el aire.

Y como si fuera bruja, comenzó a volar sobre ella, su ropa cambio completamente a negra, y no es por ser racista, pero salió disparando gatos negros sobre la ventana.

Sabía que aquéllas, "sopas" que hacía, no eran más que sus conjuros para hacer mi día miserable, lo sabía, ¡Me embrujaba!.

Okey no, eso no paso, ni hace.

— ¿Hablas de The8?, Se que mi hermano aparenta una cucaracha, pero tampoco está tan horrible...

Ella me fulminó con su olla de caldo, de bruja mala.

Okey no, me miró con sus malévolos ojos, no tan malévolos.

— no hace falta...

Hablo el chino de mi hermano.