0 1 3. ¿Quién es esa chica?

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—No —farfullé—, no puede ser.

Las memorias de todo lo que  había oído del director me llegaron vivas en el momento.

«Aseguraron que no se conoce su rostro, edad, ni tampoco su paradero, lo único que aseguran es que es sumamente brillante, realmente me llama la atención saber más acerca del jefe del lugar donde me encuentro, después de todo es mi héroe.»

«W es independiente, jamás lograremos dar con el director, hay una junta entera respaldándole»

«No son una compañía, son una mafia, jamás podremos Daena»

—¿Daena estás bien? —murmuró Gaena trayéndome de vuelta al mundo real.

—Usted no puede—

—La chica está en shock por todo lo que ha pasado, no puedes llegar con una noticia así —interrumpió Chris. Taylor y él mantuvieron contacto visual—. Obviamente está muy afectada, la llevaré a urgencias a que descanse de todo esto y te aseguro después pensará con la cabeza más fría.

—No tiene otra opción —finalizó Taylor antes de abandonar la escena. Han y Iris imitaron su acción.

Pude sentir la mano de Gaena tocando mi hombro tratando de reconfortarme.

—¿D-diana? —preguntó Chris mientras empujaba sus lentes.

—Daena —corregí—, esto tiene que ser una broma, debe ser una puta broma, ¿Cómo puede ser él?

—Quería buscarte hace días, pero estuve demasiado ocupado y es información que solo mantuve entre ambos...  lo siento. Necesitamos hablar, tú y yo.

El chico miró a Gaena y ella me apretó el brazo mientras me decía: ¿Estás segura de esto?

No estaba segura de nada al momento, pero la adrenalina previa y el enojo me impulsaron a seguirlo. 

—Conozco un lugar, en el techo de la cafetería —comenté con desgane—, podemos hablar ahí en privado. 

El chico asintió y nos cedió el paso a la salida, pude oír los pequeños murmullos de las enfermeras. 

—¿Estás bien? —susurró la asiática.

Asentí y le di unas palmadas en la mano.

Gaena me soltó y se quedó viéndonos hasta que desaparecimos del pasillo. Yo estaba tan en shock que nada me importaba en ese momento, ni irme a hablar con ese sujeto que claramente tenía lazos con Taylor, ni que me vieran irme en hora de trabajo a un lugar que claramente estaba prohibido.

—¿Es por aquí? —preguntó el pelinegro con un tono más cálido.

—Si, solo tenemos que subir esas escaleras.

Tras subir finalmente al techo lleno de cajas y maleza de árbol, deje que el aire fresco me inundara los pulmones y se llevara consigo todo lo pasado.

—¿Te sientes mejor?

—¿Eh? Ah, sí, algo.

Chris se puso a mi lado y comenzó a ver el panorama mientras me volteaba a ver en pequeñas ocasiones. Sentía la cabeza llena de recuerdos, de todos los abogados que rechazaron llevar el caso, de todo el daño que me había hecho Tyron, de esas 500 familias manifestantes que se convirtieron en 100 y después en cero.

—Es una linda vista, ¿con cuánta frecuencia los doctores huyen a este luga—

—¿Para qué querías verme? —interrumpí.

My Medical Romance (MR#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora