Moments [Hot/Romantic] (HarryStyles&tú)[CANCELADA] By SAM LEON

~Capítulo 2.

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La música estalla en mis oídos en cuanto pongo un pie dentro del bar. 
Una parte de mí, la temerosa y tímida, me grita que debo girarme sobre mis talones e ir a casa. No debí haber aceptado la invitación de un desconocido. Ni siquiera debí haberle dicho mi nombre. 

El aroma a tabaco, marihuana, sudor y alcohol inunda mis fosas nasales mientras me abro camino entre la apretujada gente.
Siento unos dedos envolviéndose en mi muñeca y me giro con brusquedad. Harry, el chico de los impresionantes ojos verdes, me guiña un ojo y sigo la trayectoria de su brazo. Sus dedos largos están enredados alrededor de mi muñeca. 

Tira de mi brazo con suavidad y lo sigo, no muy segura de estar haciendo lo correcto. Yo no soy así. No soy el tipo de chica que se enrolla con un desconocido. Ni siquiera soy el tipo de chica que seguiría a su papá hasta encontrarlo con su amante. Hace dos meses habría llorado a mares al descubrirlo, pero ahora estoy tan llena de resentimiento y coraje, que se me hizo fácil robar su auto y destrozarlo. 
Estamos junto al escenario en pocos segundos.

— ¡STYLES!, ¡MUEVE TU MALDITO TRASERO, ESTAMOS A PUNTO DE EMPEZAR! —grita un chico de cabello rubio y alborotado. 

—Debo subir —dice Harry, girándose hacia mí. Hay ansiedad en su mirada. Eso me toma por sorpresa—. ¿No te irás, cierto?

—N-No —tartamudeo. Aunque el pensamiento de salir de éste lugar, no ha dejado mi cabeza—. No me iré, ¿por qué dices eso? 

—Porque desde que entraste, parece que quieres salir corriendo —sonríe.

—No me iré —digo—. Lo prometo.

Él duda unos segundos, pero luego sonríe y se abre paso hasta las escaleras del escenario.
Me abrazo a mi misma y camino entre la gente hasta que quedo casi frente al escenario. Cinco chicos suben, Harry entre ellos, y se colocan detrás de los instrumentos. 
Harry toma el micrófono y grita un saludo, haciendo que todo el mundo grite en respuesta. Una sonrisa se filtra en mis labios y niego con la cabeza. Ésta gente está loca.

Comienzan a tocar una melodía movida con fusiones en rock, pop y un poco de metal. Harry comienza a cantar y un grito femenino estalla con fuerza. Él se mueve por el escenario, irradiando seguridad, arrogancia y altanería. 

— ¡Hazme un hijo! —grita la voz de una chica a mis espaldas y no puedo evitar reír a carcajada abierta.

Harry canta en mi dirección y sus ojos verdes se clavan en los míos por una fracción de segundo. 
No puedo evitar notar lo atractivo que es. Es alto, su piel es tan clara, que sus ojos verde esmeralda resaltan en demasía. Su cabello color caramelo y rizado, parece haber sido asaltado por una ráfaga de viento. Sus rizos se enroscan hacia afuera en las puntas, y el resto de su cabello es una maraña suave y alborotada. Sus labios son gruesos y mullidos, y cuando sonríe, un par de hoyuelos se dibujan en sus mejillas. 
No puedo evitar notar su mandíbula angulosa, sus cejas espesas y la forma en la que su ceño se frunce cuando canta una nota alta. 

Su voz es ronca, pastosa y al mismo tiempo, limpia. Canta muy bien, y la banda que lo acompaña es espectacular. 
El chico rubio que le gritó, toca la guitarra impresionantemente bien, el chico moreno de cabello oscuro que toca la batería no se queda atrás, el rubio en los teclados hace unos coros bastante agudos y armoniosos y el bajista de sonrisa amable y gorra, termina de acomodar el cuadro. 
Son espectaculares. 

Canción tras canción, me van sorprendiendo. Me doy cuenta de que son una bola de idiotas por la manera en la que bromean, se lanzan agua y bailan. Cuando me doy cuenta estoy balanceándome al ritmo de la música que tocan. Una chica se ha lanzado sobre el escenario y ha besado a Harry en la boca. 
Otra de ellas le ha lanzado un sujetador al guitarrista y una más ha gritado que quiere una orgía con ellos. 
No puedo dejar de reír, cantar y bailar. Estoy sudando y estoy bastante segura de que huelo a alcohol y cigarrillos.

Cuando bajan del escenario, son acaparados por un puñado de chicas. Yo me giro sobre mis talones y comienzo a caminar hasta la entrada del lugar. Ha sido divertido, pero es hora de volver a casa. 
Un chico en la entrada me detiene, preguntándome mi nombre, pero hago como si no lo hubiese escuchado y sigo mi camino. 
Debo admitir que me he olvidado de todo durante un par de horas, pero es hora de volver a la realidad.

La alarma de mi móvil suena y aprieto los dientes con fuerza. Saco el móvil del bolsillo de mi pantalón y apago el sonido chirriante. Entonces, llevo mis manos a los bolsillos de mi suéter y saco los tres pequeños frascos de pastillas. 
Sé las dosis de memoria: dos pastillas de corticosteroides, una de fármacos citotóxicos y dos de antinflamatorios.
Me meto las pastillas a la boca y trago duro. Tengo tanto tiempo consumiendo medicamentos, que ya no necesito agua para tomarlos. 
Un nudo se instala en mi garganta, pero me obligo a mantener a raya mis sentimientos. No puedo dejar que esto me destruya. No puedo dejar que esto me arruine. No voy a llorar. No más. Tengo que ser valiente por una vez en mi vida. Tengo que afrontarlo hasta el último momento…

— ¡_____! —Grita una voz familiar y me giro sobre mis talones, encontrando a Harry, trotando en mi dirección—, ¡Dijiste que no te irías!

Intento sonreír, pero estoy segura de que luce más como una mueca que como una sonrisa real. —Dije que te escucharía cantar. Lo hice. Ahora me voy.

—No te vayas —dice, deteniéndose frente a mí. 

—Debo hacerlo. Es tarde y necesito averiguar dónde voy a pasar la noche —hago una mueca. No había pensado en que todo esto pasaría cuando salí de casa; mintiéndole a mamá, diciéndole que estaría en casa de Eleanor. 

Su ceño se frunce ligeramente. — ¿No tienes dónde pasar la noche? —noto la incredulidad en el tono de su voz.

—Le dije a mi madre que iría con unas amigas y que me quedaría en casa de una de ellas. No sabe que seguí a mi papá hasta ése lugar —señalo el motel que está cruzando la calle. 

—Ven a mi departamento —dice y yo me echo a reír. No puedo creer lo que acaba de decir, ¿qué clase de chica cree que soy?

— No voy a ir a tu departamento —respondo. No puedo creer, siquiera, que lo haya sugerido.

— ¿Por qué no?

— ¡Porque no!, ¡Jesús!, ¿con qué clase de chicas estás acostumbrado a tratar? —la indignación se filtra en mi voz. 

Él frunce su ceño ligeramente. —No estoy pidiéndote que te acuestes conmigo. Estoy ofreciéndote un lugar dónde quedarte —dice con cuidado, y me quedo muda.

No esperaba esa clase de respuesta. Estaba lista para cualquier otra cosa, pero no para ese comentario.

—No iré a tu departamento —me cruzo de brazos—. Me niego rotundamente. 

—Entonces duerme en la calle —se encoge de hombros.

—Bien —me giro sobre mis talones y me echo a andar por la calle. Le ruego al cielo que mi auto aún esté donde lo dejé. No pensé en la inseguridad de la zona cuando vine a parar aquí. 

— ¡_____, espera! —grita Harry a mis espaldas y ruedo los ojos al cielo. 

— ¡¿Qué?! —digo con irritación, girándome para mirarlo.

— ¿Vienes caminando?, te llevaré a casa.

—Traje mi auto. Está a unas calles de aquí. Gracias, de todos modos.

Sigo caminando y escucho unos pasos detrás de mí. De pronto, Harry camina a mi lado. — ¡Dios!, ¿siempre eres tan insistente? —me quejo. Éste tipo no se rinde. 

—Normalmente no tengo que ser insistente para que una chica acepte que la lleve a casa —se encoge de hombros y sonríe. 

Quiero estar molesta, irritada y desesperada, pero no lo estoy. Harry es un idiota, pero es una compañía agradable.

—Puedo hacer mi camino a casa por mi cuenta, gracias —digo reprimiendo una sonrisa.

—Lo sé.

— Puedo hacer mi camino al coche por mi cuenta —no puedo evitar sonreír un poco.

—También lo sé.

— ¡Deja de seguirme! —exclamo, pero una sonrisa se filtra por mis labios.

Harry me cierra el paso y se inclina hacia adelante. —Di lo que quieras, voy a asegurarme de que llegues a casa ésta noche.

— ¡Voy a llegar!, ¿Qué te hace pensar que no iré directo a casa? —me quejo, cruzándome de brazos.

—Te saliste de casa echando mentiras, seguiste a tu papá, robaste un auto, lo destrozaste a golpes y entraste a un bar con un desconocido. No confío en ti —su voz se ha enronquecido un poco y me mira fijamente a los ojos. 

—Eres un idiota —mascullo.

—Tú eres toda una dama —sonríe radiante y se endereza—. Ahora vamos a buscar tu auto.

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Voten porfavor!! 

Espero que les guste :D

~Paz