Amigas

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Entraron en la cafetería Rose White acompañadas por las otras dos chicas y aquel hombre. Aria estaba más asustada que de costumbre mientras que Azari se encontraba un tanto desconfiada pero no podía negar que también estaba aliviada de que ninguna de las dos salieran heridas ni violadas esa noche.

-No saben lo peligroso que pueden resultar ser estas calles durante noches como esta en un día domingo, es mejor que vayan a casa –el hombre veía a las jóvenes, las analizaba hasta que llego a la conclusión que nunca las había visto por ende no eran de ahí –No tiene a donde ir cierto –más que una pregunta era una afirmación.

Con pesar Aria y Azari negaron con un movimiento de cabeza leve.

-Podemos ayudarlas –Mari veía el rostro de miedo y angustia que tenía Aria –No podemos dejarlas solas.

-Jean nos haremos cargo de ellas –Ane pensaba lo mismo que Mari aún sin comunicarse.

-De acuerdo, yo las llevaré a casa –Jean pasó la mano sobre su cabello despeinándolo un poco.

Luego de apagar todas las luces de la cafetería y cerrar todo el local caminaron los cinco hasta un pequeño carro azul oscuro. Azari se encontraba agradecida por esa solidaridad pero le molestaba un poco el hecho de no haber podido hacer nada ella sola, Aria por su parte no había pronunciado palabra alguna y solo se encontraba con sus ojos en blanco mientras jugaba con las alas de su collar.

-Llegamos –pronuncio Mari mientras todas bajaban del auto y se despedían de Jean.

Estaban en un edificio pequeño, de unos 5 pisos nada más, subieron en el ascensor en total silencio. Mari y Ane compartían miradas cómplices mientras analizaban la situación.

Entraron en el apartamento encendiendo las luces de la sala mientras dejaban sus pertenecías en el sofá.

-No las interrogaremos esta noche, ha sido un día muy pesado y estoy segura de que necesitaran dormir pero mañana creo que es necesario hablar –Ane era una chica a la cual le gustaba ayudar a las personas de la mejor forma posible, al ver en aquel callejón a las chicas salió de prisa para buscar al gerente de la cafetería para salvarlas.

Mari les indico donde dormirían, por suerte tenían un cuarto libre con una cama para invitados y una colchoneta, Azari dejo que Aria durmiera en la cama para que estuviera más cómoda; se dieron las buenas noches y cada una fue a sus respectivas habitaciones.

Lograron conciliar el sueño aunque les costó, al menos no estaban en una gran ciudad o algo parecido, era un pequeño pueblo muy tradicional. Al día siguiente probarían suerte con algo, esperaban que Dios se apiadara de ellas.

-Azari despierta –Aria despertaba a la morena poco a poco.

-¿Qué sucede? –Azari se desperezaba con lentitud hasta despertar por completo.

-¿Qué haremos hoy? –Aria reflexiono que era lo mejor que podría hacer, llego a la conclusión de que quería aprender del mundo humano para ayudar a Azari y que ella sola no cargara con todo.

-Es un pueblo pequeño así que lo mejor es encontrar alguna clase de empleo o algo –Azari se levantó colocándose las botas y el suéter.

Al salir de la habitación se encontraron con Ane y Mari las cuales estaban desayunando.

-Buenos Días –la primera en saludar fue Ane –vengan hice desayuno para las cuatro.

-Amm gracias –Azari se encontraba avergonzada por tanta hospitalidad.

-Muy bien ahora si ¿Cómo se llaman? ¿Qué les sucedió y de donde vienen? –la primera en comenzar el cuestionario fue Mari.

-Soy Azari y ella es Aria. Pues venimos de la ciudad.... Nos echaron de nuestros hogares por.... Bueno nuestra relación no era permitida así que pensamos en comenzar una nueva vida antes de que nos separaran pero no teníamos más que lo traemos puesto y unos accesorios de oro que me robaron anoche –Azari resumió la historia cambiando un "poco" las cosas.

-Mmmm no tienen ni cedula de identidad cierto, nada de nada –Ane estaba pensando en algo para ayudar a aquellas dos chicas.

-Ane ¿piensas lo mismo que yo? –Mari ya tenía una idea y por la mirada de Ane sabía que pensaban igual.

-Por sus miradas puedo deducir que ya tienen algo en mente –a Azari le gustaba esa mirada que tenían las dos chicas frente a ella.

-Algo así –sonriendo Mari veía su teléfono hasta ver qué hora era –¡¡¡ANE ES TARDE!!! ¡¡¡JEAN NOS MATARÁ APURATE!!!

Y como si fuera un remolino ambas chicas salieron corriendo a su cuarto ante la mirada atónita de los ángeles caídos, en menos de 10 minutos ya estaban listas. Aria y Azari notaron algo diferente en Ane, usaba lentes y le quedaban bastante bien.

-Ustedes vienen con nosotras –Mari halo a Aria de la mono mientras Ane tomaba la de Azari para salir corriendo hasta el ascensor y llamar a un taxi.

Toda esta situación se les hacia un tanto graciosa a ambos ángeles quienes no evitaron reír.

Sentían que ahora tenían a alguien más, por primera vez tenían amigas humanas y era algo genial.

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Our WingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora