Capítulo 3.

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Por la noche, Batman se dirigió hasta la ya conocida celda del payaso. Entró como si nada, y se agachó hasta su altura, una sonrisa ladeada se le escapó y con su mano desnuda le acarició esa cabellera verde tan suave.

—– Quizá si no fueras tan malo... —susurró mirando al dormido payaso— y quizá si no estuvieras tan loco...

Se acercó despacio y de manera dudosa, le robó un sutil beso. Sus mariposas se alteraron y su corazón latía con aun mas fuerza.

Vio al payaso moverse y se apartó de manera rápida, no podía despertar y verlo tan cerca luego de robarle un beso mientras dormía. Por primera vez, se sentía un cobarde.

Al alejarse se dio cuenta del rayado en el muro de la celda, y lo leyó con determinación... Un suspiro se le escapó de repente, pensó como alguien podía ser tan malo y a la vez, el mismo hombre, escribir tan bello poema.

¿Guason?, ¿enamorado?

Era obvio que de Harley no se trataba, en el poema especifica "Tu tan bien" y ella estaba tan loca como el payaso.
Quizá era de una chica hermosa, de cabellos morados y piel blanca, que hacia juego con el look de locura y rock que le pegaría tan bien, como una pareja inseparable del comodín.

Se sintió tonto al darse cuenta que estaba celoso de la persona que había cautivado de aquella forma al payaso, quería que cada una de esas letras fueran hacia él y para nadie más. Sintió un nudo en su garganta, ¿iba a llorar?, ¡Batman no llora!
Él trabaja solo, él no necesita de nadie.
Pero que pena que no se puedan controlar los sentimientos, aquel amor por el Guasón lo iba a volver tan loco como éste mismo.
Ahora entendía la locura de Harley.

Cerró sus ojos y pensó que quizá, podía hacer que el payaso volviera a ser alguien normal, en algún punto aquel demente debió ser alguien común y corriente.
Se acercó al durmiente Joker y le besó la mejilla, él se encargaría de encontrar a la persona cuerda dentro de aquel desalmado villano.

¡Sé que no está loco! ||BatJokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora