Infiel © [T.O.P y Tú]

Capítulo 1 ~ Necesito un te amo

Desperté con los rayos del sol. Camine hacia la habitación de mi hijo mayor, en mi rostro se formó una sonrisa boba al ver a mi pequeño dormir plácidamente como un príncipe.

Me acerque con cuidado para no caer con algún juguete que se encontraba en el suelo. Acaricie su cabecita para que se despierte, logró abrir lentamente sus lindos ojos rasgados como los de su padre.

Sonrió al ver mi rostro, rápidamente se levantó de la cama para darme un abrazo de oso.

— ¡Buenos días mami! — con su tierna y dulce voz logro cautivar mi corazón.

Correspondí su cálido abrazo. Mi pequeño Seung es el niño más cariñoso y me siento orgullosa por eso.

— Debes darte un baño — extendí mi mano y él la tomó.

— Esta bien mami.

Entramos al baño y desvestí a mi pequeño, abrí la llave de la ducha. Bañe a mi niño y lo saque en brazos.
Después de cambiarlo me dirigí a la habitación de la izquierda.

Encontré a un bello príncipe viendo a su madre con una mirada de ingenuidad. Tome en brazos a mi segundo hijo Youl quien acaba de cumplir su primer año.

Lo lleve a bañarse para que esté más fresco. Llame al pequeño Seung para qué desayune.

Tome la mano de mi niño mientras con otra mano sostenía al bebe de la casa. Con cuidado baje las escaleras por Seung quien aún era muy pequeño para hacerlo solo.

Senté a Youl en su silla preferida mientras que el mayor se acomodaba en la otra silla.

Prepare un delicioso desayuno para mi hermosa familia, servir los platos de cereal y tostadas para que Seung empiece a comer. Calenté la leche para mi bebe.

Vi el reloj que marcaba las siete de la mañana, era hora de despertar al rey de la casa. Subí las escaleras que daban a nuestra habitación, abrí la puerta y como me lo imaginaba aún seguía durmiendo.

Bese su mejilla mientras acariciaba su abdomen. Sentí sus gruñidos mañaneros.

— ¡Buenos días! — bese su mejilla varias veces — Debes bañarte para ir al trabajo.

Me levanté de la cama, pero sus gruesos y bien formados brazos me atraparon, su agarre era muy fuerte para que no me vaya.

Sentí su respiración muy cerca de mi cuello lo que causo que mi piel se erizara.

— Seung, levántate porque se te hará tarde — regañe al mejor esposo del mundo.

— Cinco minutos más — exclamo en voz baja.

Yo solo sonreí por su respuesta. Todas las mañanas era la misma excusa, mi bello esposo es muy flojo para despertar. Pero este no sería el día que gane.

Me di la vuelta para ver su rostro, como lo esperaba seguía en profundo sueño. No tenía otra que hacerle cosquillas.

— No, por favor — grito mientras se retorcía para que parará — (...) para por favor.