Tuve que salir corriendo de la casa de Young Bae por la llamada de mamá diciendo que Seung ya está en casa, tomé la vía más rápida para llegar a casa. Estacioné el auto en el garaje y abrí la puerta con las llaves, me encontré con él sentado en el sofá mirando el reloj de pared.
Dejé las llaves en la mesa principal y fui a la cocina por un vaso de agua, esto me sucede por quedarme más tiempo en la casa de mi amante. Regresé a la sala y él seguía en la misma posición.
— ¿Cómo están los niños? — pregunté para romper el hielo.
Por fin me miró a los ojos, había algo en él que me aterra. Indicó su mano izquierda con la prueba de embarazo que había dejado en la basura del baño, mis nervios comenzaron a surgir.
— ¿Es tuyo? — dijo con mucho enojó.
Me senté juntó a él, le quité la prueba de embarazo y sonreí para disimular.
— Es de una amiga de la academia — parece que no se cree mi mentira — Nos invitó a un café para celebrar por eso es que estoy un poco elegante.
— Ya veo — suspiró muy fuerte.
Me levanté para dejar en la basura está porquería que casi me deja al descubierto, tomé las manos de mi esposo para subir a la habitación.
— Debes estar cansado, vamos a dormir — lo jale, pero me detuvo.
— No puedo, tengo que ir a un desfile.
Como siempre, subí las escaleras dejando a ese ser desconocido que vivía en esta casa, llamé a Roxana para que me ayude con un problemita.
— Si te llama mi esposo Seung, dile que estás embarazada — hice una pausa — Te pagaré bien.
Por ningún motivo él debe enterarse de nada, cerré la llamada y miré desde el balcón las estrellas. Hace mucho que no hago esto, sentí la puerta cerrarse. Él salió al balcón y lo mire desafiante.
— ¿Porque no te vas? — le reclamé.
Me abrazó muy fuerte a lo que yo no correspondí.
— Quiero pasar más tiempo contigo.
Me separé de él molesta, no quería que esté aquí. Retrocedí con paso lento, pero me detuvo con su agarre. Su mirada expresaba todo, quería tener una noche especial conmigo.
— ¡Suéltame! — ordené.
— Eres mi esposa y tengo derechos...
— ¡No! No los tienes — intenté soltarme, pero fue inútil.
— Sólo quiero hacer el amor con mi esposa — suplicó.
Esto es el colmo, para eso se consiguió amantes... Qué ellas le hagan el favor de calmar sus necesidades sexuales.
— ¡Suéltame! ¡Ahora! — alcé el tono de mi voz.
— ¿Qué está pasando contigo? — tomó mis hombros con fuerza — (...) siento que te estoy perdiendo.
— Yo siento que perdí a mi esposo — lo miré desafiante.
Sentí que poco a poco su agarre se hacía más débil, las verdades duelen Seung. Caminé hacia la cama para sentarme en la orilla, no quería mirar su cara llena de mentiras e infidelidades.
— Hablemos sobre esta situación — se sentó en la cama con mucha distancia.
— Ahora sí quieres hablar — apreté la tela del pantalón por lo frustrada que estaba — Cuando todo está perdido.
— (...).
— Ya me quedo muy claro que nuestros hijos y yo debemos esperar seis largos años para que mi querido esposo vuelva a ser el de antes — apreté mis dientes por la furia.
Me levanté de la cama porque no soportaba más está situación tan estresante, cuando intenté abrir la puerta él la volvió a cerrar, me acorraló contra la puerta y apretó sus puños.
— Dame una segunda oportunidad — sólo sonreí por la estupidez que dijo — Todas las personas la tienen.
— ¿De qué servirá? — cuestioné frunciendo mi ceño.
— Intentaré ser mejor padre para nuestros pequeños hijos y un mejor esposo — apegó su cabeza contra la pared.
— De nada servirá — lo mire de reojo — Después de un tiempo tu mal carácter volverá...
— Eso no es cierto — interrumpió con un leve golpe en la puerta.
— ¿Y las veces que me ignoraste? ¿Cuándo me gritaste? ¿Cuándo me agrediste? — mi respiración se agitó con solo recordar — ¿No cuentan?
Grité porque estaba alterada, ¿y las veces que me fuiste infiel? Eso no cuenta... ¿Verdad?
Sólo nuestras respiraciones se escuchaban en el silencio que se formó en aquella habitación, las palabras se habían ido de nuestras bocas, las miradas se extinguieron y la pelea acabó. No sé por cuánto tiempo estuvimos así, ya estaba harta de esta situación.
— Si te doy una oportunidad — lo miré a los ojos — ¿Me contarás todos tus secretos?
Noté como tragó saliva por la última pregunta que había realizado, sabía que di en el blanco. Si él me dice la verdad yo también haré lo mismo porque aún lo amo.
— Si — besó mis labios necesitado de amor.
Me cargó entre sus brazos y me depositó en la cama, comenzó con su juego de amor. Admito que extraño sus besos y caricias, pero no puedo, mi orgullo no me lo permite. Lo abracé muy fuerte para que pare.
— No puedo — susurré.
Él se levantó de la cama, cogió las llaves deauto y se fue de la casa. Seguro se va a ese lugar de lujuria y placer.
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Infiel © [T.O.P y Tú]
Fiksi Penggemar(...) Es la mujer más feliz del mundo junto con su amado esposo Choi Seung Hyun y sus pequeños hijos, su amor comenzó desde el colegio y poco a poco se hizo más fuerte hasta tomar la decisión de contraer matrimonio. Cada día de su vida ha sido magní...