Capitulo 1

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Me encontraba en mi habitación, sentada en el escritorio café el cual estaba repleto de carpetas, hojas sin orden alguno y dos tazas vacías de té que ya me había tomado unos minutos antes, nunca había sido fan del café, su sabor intenso me causaba dolor de cabeza y tremendas agruras, además en casa siempre se ha tomado té desde que tengo uso de razón. Llevaba ya toda la mañana revisando algunos documentos y reportes de balances de la empresa editorial de la cual mi padre era el dueño. Escuché unos ligeros toquidos en mi puerta que me hicieron sobresaltar un poco, aunque sabía quién era la persona del otro lado de la puerta ya que había avisado al personal que no interrumpieran si no era estrictamente necesario. La verdad es que en cosas de mi trabajo suelo ser bastante perfeccionista. Como mi padre me había enseñado, "Un trabajo debe ser bien hecho, si no, no te molestes en hacerlo".

—Pasa, Nani —dije suavemente mientras continuaba leyendo las interminables páginas de la carpeta en mis manos.

Nani entró a mi habitación con pasos suaves, le dirigí una mirada y la vi, ella siempre estaba sonriendo, sus ojos se achinaban mostrando sus arrugas normales a su edad, pero sus 65 años le sentaban de maravilla. Llevaba su clásico conjunto de lana color azul cielo y unos zapatos planos color blanco. Le dio una miraba rápida a lo que estaba haciendo.

—Linda, tu padre me ha mandado a decir que estés lista adecuadamente para la cena de hoy, es en dos horas —dijo un poco incomoda, su sonrisa desapareció un poco al mismo tiempo que cruzaba sus manos a la altura de su vientre, aquel gesto me pareció extraño, pero intenté no tomarle mucha importancia.

—¿Cena? Él no me habló de ninguna cena, ¿quién vendrá? — pregunté mientras regresaba mi mirada a los papeles en mis manos, pero consciente de que papá y yo jamás cenábamos juntos desde la muerte de mi madre. Aunque para otras familias eso sería de lo más raro, no para nosotros, estaba tan acostumbrada que no me molestaba bajar a comer con Nani, comer en la mesa del jardín, mi lugar favorito, o en mi recamara mientras continuaba trabajando. Realmente no comer junto a papá era de lo más normal para mí, tanto que sí él solicitaba que cenara con él era suficiente para ponerme alerta.

-No lo sé, linda-dijo esquivando mi mirada interrogatoria cuando me voltee hacía ella. Algo iba mal, Nani nunca hacía eso a menos que no quisiera decirme algo.

-Nani, la última vez que esquivaste mi mirada fue antes de decirme que mamá había muerto, ¿qué es lo que anda mal?-pregunté nerviosa. En nuestras vidas no pasaban muchas cosas interesantes más allá de cenas del trabajo o viajes de negocio, claro, si a eso se le podía llamar interesante.

-Avísame cuando quieras ayuda con tu peinado, linda­­­-después de decirme eso, Nani se retiró.

Confusa me levanté del escritorio colocando las carpetas y hojas lo más ordenado posible y me dirigí al vestidor, un pequeño cuarto justo al lado del baño dentro de mi habitación, donde tenía toda mi ropa ordenada, <<gracias a Nani>>, por tipos, comencé a buscar algo para vestirme "adecuadamente", cuando papá decía eso se refería a vestirme lo más elegante posible, esto lo hacía cuando cenaba con sus ejecutivos y trabajadores a cargo de su empresa, usualmente me avisaba días antes de esas reuniones, como su "empleada" en la administración de la editorial yo necesitaba estar presente en la mayoría de esos eventos que no eran más que escuchar propuestas, revisar balances del mes, tomar vino fino <<esta era mi parte favorita>> y escuchar consejos de parte de los inversionistas y claro, presentar mi parte del trabajo. La mayoría de las personas en esas cenas eran hombres pasando los cuarentas, la asistente y yo éramos las únicas mujeres presentes, casi siempre, algo que no me molestaba pues hace mucho había pasado la etapa donde me sentía intimidada, justo cuando descubrí que era totalmente capaz y sus miradas de desprecio habían desparecido cuando se dieron cuenta que yo era realmente buena en mi trabajo. En fin, los pensamientos machistas seguían rigiendo nuestra sociedad.

El Contrato [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora