Capitulo 6

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Camine por la mansión de Marcus unos minutos saludando a gente que no tenía idea de quien era y recibiendo felicitaciones, yo sólo sonreía lo más real posible hasta que una niña de algunos 6 años tiro suavemente de mi vestido, baje mi mirada un poco, la pequeña de lindo cabello negro liso me sonrió dulcemente.

-Cuando sea grande también quiero casarme y ser muy muy feliz con un hombre tan guapo como el señor Gate- miré un brillo en sus ojos y por primera vez en esa noche sonreí abiertamente.

-Estoy segura que te casarás con un hombre aún más guapo que Marcus, pequeña, eres muy linda, todos querrán casarte contigo-le dije con una sonrisa, ella sonrió mucho y me abrazó.

-Si fueras grande, seguro me casaría contigo- la voz de Marcus se hizo presente y sentí su mano al rededor de mi cintura, inmediatamente me tensé, no me acostumbraba a esto.

-Pero ya tiene novia y es hermosa-dijo la pequeña mirándome

-Lo es-dijo Marcus esta vez mirándome fijamente, sus palabras parecían decir la verdad absoluta, lo noté en su mirada, sentí mis mejillas calientes.

La niña salió corriendo y nos dejó solos.

-¿Estás lista para conocer a mis padres?-me preguntó Marcus, esta vez se miraba más relajado y por inercia eso me relajó a mi también.

-Claro, vamos- caminamos un poco por los pasillos mientras saludábamos más gente

-Oh, ¡hola linda!, soy Karely, la madre de Marcus y tu suegra, eh- la señora me guiñó uno de sus grandes ojos verdes con una linda sonrisa, idéntica a la de Marcus.

-Un gusto señora Gate, soy Elsa- le devolví la sonrisa y le di mi mano a modo de saludo.

-Lo sé, lo sé, sé casi todo de ti, hice que mi lindo Marcus me contara hasta el más mínimo de talle de ti, y no se equivocó, ¡eres preciosa!, que hermoso cabello y ojos, espero que mis nietos hereden eso de ti-  yo me incomodé al instante....

Hijos, con Marcus, no me parecía la mejor idea, para nada. Además, ¿Marcus le dijo que yo era bonita?

-Mamá, es muy pronto para eso...- Marcus parecía igual de incomodo para él.

-Elisabette, Elisabette, por fin te veo- Un señor elegantemente vestido caminó hacía nosotros arreglando su corbata.

-Ay, ven aquí, eres horrible arreglando tus corbatas- la señora Karely se acercó a su esposo y levantó los brazos para ayudarle con su corbata, Marcus había heredado la altura de su padre, pero sólo en eso se parecían, ya que prácticamente era idéntico a su madre pero en versión masculina.

-Ven aquí, mujercita, es un gran gusto conocer a la futura integrante de esta familia- El señor Gate estiró sus brazos y yo dudosa lo acepté, no olvidaría que todo esto también es culpa de este señor, el que hizo crear el contrato estúpido- ¡Pero si eres igual a tu madre!, esa carita de ángel viene de ella-  El señor Gate ya me había soltado pero en sus ojos se veía como si mirara su gran experimento realizado, orgullo de si mismo.

-Es un placer conocerlo, señor Gate- dije con una sonrisa a medias.

-Supongo que ya conociste a mis niñas- dijo Karely sonriendo.

-Así es, señora- dije un poco incomoda por la situación que se había presentado antes.

-Mamá, quiero hablar contigo un momento después de la reunión sobre Sofía y Catherine- dijo Marcus con tono molesto.

-Oh, por favor, no me digas que se portaron descorteses con Elsa- en el rostro de Karely mostraba preocupación.

-Tranquila, linda, sólo están celosas de que haya una nueva mujer en la familia, siempre han sido ellas las consentidas- el señor Gate sobó el brazo de Karely despreocupado- ¿Que tal si empezamos el brindis?- dijo el señor Gate con una sonrisa.

-¡Sí sí sí, empecemos!, ¡Cordelia, Annie, empezaremos ya!- Karely cambió sus ánimos y les habló a sus amigas.

De un momento a otro toda la gente ya estaba reunida en la sala con sus copas listas, Marcus y yo nos habíamos quedado parados sin hablar unos momentos.

-¿Que esperan?¡vengan ya!- Candy nos hizo señas y nos acercamos al casi centro del circulo que se había formado. Un mesero se nos acercó y nos dio nuestras copas con listones dorados.

-Amigos y familia, estamos hoy aquí para celebrar el hermoso compromiso de mi hijo mayor y su prometida, ahora alcemos nuestras copas y festejemos a la pareja- Karely levantó su copa y todos la imitamos, todos gritaron "salud" y aplaudieron -Vamos, dense un beso- dijo Karely sonriente

-¡Sí, anden, un beso¡- esta vez Candy gritó y todos los demás empezaron a seguirla hasta que todos proclaman un beso entre Marcus y yo.

Mi estomago se puso tenso y recordé el gran beso que habíamos tenido antes, y de tan sólo pensar en repetirlo mis nervios y ganas aumentaban, parecía que Marcus sentía lo mismo porque me miraba intensamente, deseándolo al igual que yo, de un momento a otro tomó mis mejillas en sus grandes manos y me acercó a sus labios lentamente, comenzó a moverlos sobre los mios suavemente, rápidamente le seguí y allí estaba de nuevo, cerca del paraíso, un momento después se separó de mi y todos aplaudían y sonreían, nuestras respiraciones parecían agitadas, Marcus me miró y yo a él, los dos concordábamos de que cuando nos besamos todos y todo desaparecía.

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Ya sólo faltaban dos semanas para la boda, Marcus y yo nos enviábamos mails causales hablando de la organización de la boda y nada más, no nos habíamos visto desde entonces. Decidí ir al centro comercial a comprar cosas y despejarme de mi actual realidad, entré a mi librería favorita dispuesta a compra algunos libros y vi una figura conocida unas estanterías un poco más alejadas de mi, decidí ignorarlo y continué buscando libros de mi agrado. Una joven tocó mi hombro.

-Diculpe, señorita, pero le mandan esto, ya lo pagaron- la vendedora de la tienda me entregó un libro, "Si decido quedarme", mi libro favorito debido a que me identificaba con la protagonista y lo que le sucedió, confundida le iba a preguntar que si quien lo enviaba pero la joven ya se había ido, miré hacia los lados pero no miraba a nadie sospechoso. 

-Mia estaría feliz de que hayas completado por fin tu colección de todas las ediciones de sus libros- una voz en mi odio me hizo brincar y tirar todos los libros que llevaba en la canasta, asustada miré hacia atrás y lo vi.

-¡¡¡¡Jhon!!!!- sorprendida y feliz lo abracé fuertemente

-Tranquila, chica, recuerda que sólo tengo un riñón- dijo Jhon aún entre mis brazos

Yo reí fuerte y me separé de él, al verlo miré que guapo se había puesto, su cabello castaño despeinado se miraba esponjoso y sus hermosos ojos grises brillaban, su sonrisa era grande, su piel estaba más bronceada de que lo recordaba.

-Joder, pero si te has puesto guapísimo- le golpee el hombro juguetona y le sonreí.

-Sólo por ti, linda, sólo por ti- Jhon me sonrió y me guiñó un ojo

-¿Que haces aquí?, ¿por qué jamás me volviste a hablar?, no recibí ninguna otra llamada tuya ni nada- dije indignada

-¿Qué tal si te invito algo y te explico todo?, ¿vale?- Jhon me miró y me ofreció su brazo.

-Vale, tio, pero no dejaré mis libros tirados- dije con acento español imitándolo y reí, él sólo achinó los ojos y me ayudó a levantar los libros

El Contrato [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora