When Love Is Not Enought

Capitulo 9: Estar a tu lado.

Capitulo 9:

Zoro recorría las calles de manera rápida, sin darle un respiro a su motor. Se podía ver tenso al volante pero no de manera imprudente como para llegar a cometer un accidente.
Sanji permanecía en el asiento del copiloto a su lado y sentía tristeza e incomodidad por haberlo llamado como en un grito de auxilio o desesperación. Estaba bien en claro decir que él no tenía ningún tipo de relación con ese hombre, sólo relación laboral de Jefe-empleado. Eso era todo.

No era habitual en Sanji hacer algún tipo de berrinche si Law lo molestaba o golpeaba, pero en su mente, en su cabecita, la oportunidad que Zoro le había dado había quedado abierta, a la temperie. Le había extendido la mano pero Sanji sólo había rechazado su ayuda con excusas y miedo. No tenía idea que clase de personas era el mundo a su alrededor, siempre se ocultaba y no se mostraba como quería, pero Zoro lo había tocado de manera sorpresiva, como exponiendo sus sentimientos a flor de piel sin siquiera preguntar.

Era injusto haber recibido ese comentario como; "¿Estas bien?" "Estoy preocupado" "Quiero curarte". Para personas normales y que viven su vida sin preocupaciones o traumas, no lograrán entender el significado que pueden tener esas simples palabras. Es como si ese alguien, esa persona que te da ese tipo de trato, te da una clase de chance que estabas buscando. Que buscabas en forma de gritos ahogados sin que el resto pueda notarte u oírte, pero al ver que un alguien, ese 1% de persona se quedo quieto para poder mirarte, salvarte con pequeñas acciones, te daba ese empujón para querer mirarte a ti mismo y decir: ¿Por qué tengo que estar sufriendo de esta manera? ¿Por qué debo terminar así?. Ello te hacía despertar de la ceguera que no te dejaba continuar; con la ceguera tan sólo continuabas con miedo y sintiendo a tacto sólo como si no quisieras mirar nada de lo que pasaba frente a tus ojos, pero la claridad se hizo presente gracias a esa persona que apareció en el momento justo, en la situación indicada.

Sin notarlo, Sanji sintió como el auto se detuvo. Estaban dentro de una cochera en donde también habían autos lujosos. Zoro quito su cinturón de seguridad y Sanji lo imito con manos temblorosas, se sentía inseguro al estar allí con Zoro pero ya no había vuelta atrás, estaba a su lado.

-Déjame abrir...

-Oh...

Zoro pidió ello en forma de pregunta y Sanji se hizo un poco hacia atrás para darle acceso a la puerta del copiloto, que abrió con un poco de fuerza.

-A veces se traba.-Dijo ello simpático y Sanji asintió-

-S-si.

Salió y Zoro también lo hizo.
La cochera se cerró y a unos metros Sanji pudo ver que se encontraba un ascensor. No estaba seguro en donde se encontraba pero por la pinta que representaba, se parecía a un edificio con departamentos o un hotel.
Zoro se adelantó para caminar al lado de Sanji y cuando llegaron al ascensor, que se abrió automáticamente, entraron de forma sutil y Sanji largo un suspiro cansado. Zoro no decidió preguntar nada acerca de la situación, esperaría a que él lo haga o si no, preguntaría en otro momento. A Sanji se lo veía vulnerable y no parecía estar con intención de hablar.
Tocó el último piso y el peliverde  se sentía impaciente, quería llegar.

Cuando la campana del ascensor sonó dando a entender que ya había llegado, las puertas se abrieron, salieron y allí se encontraban dos o tres puertas más en un pasillo largo que era iluminado con una luz tenue amarillenta.

-Por aquí.

Zoro comenzó a caminar y Sanji lo siguió por detrás. El lugar ya se notaba sofisticado de por si, dos ventanas pequeñas y con cortinas transparentes mostraban a lo alto, la ciudad de Japón. Mostrando las luces de la noche o más bien madrugada, Sanji volvió la vista al pasillo y tenían dos floreros de maceta grande mostrando helechos verdes salir de la misma de manera abundante haciendo que su fragancia fresca sea capaz de sentirse, como cuando la lluvia rozaba el césped dando ese aroma primaveral.