Daddy Please! © |njh|

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Mila

—Si, muchísimas gracias. El lunes por la tarde Mila estará allí. Si, gracias otra vez, adiós. —Mi madre corto la llamada y yo suspiré.

Cerré la puerta con cuidado y tomé mi celular para rápidamente recostarme, ella abrió la puerta y yo fingí estar jugando a los juegos.

— ¿Mila? —alce la vista y me sonrió. —Hablé con la psicologa, comienzas este lunes. —Asentí y ella beso mi frente— Te amo mi niña.

—Yo también te amo mama. —Le sonreí de lado.

—Iré a tu colegio a hablar, Harry esta en su habitación, Jessie vendrá en unos minutos ¿si?

—Si mama, tranquila, no volveré a hacerlo. —Ella me abrazo con fuerza.

—Eres mi todo hija. —Me miró a los ojos y sonreí.— Te amo pequeña. —Beso mi cabeza y camino a la puerta —Portate bien.

—Lo haré. —reí —Te amo. —Ella se fue y yo suspire.

Tome la laptop y vi que el Skype estaba abierto, Niall estaba conectado.
Trague saliva y acerqué el puntero a el botón de llamar.

Estaba tan nerviosa, en verdad quería llamarlo, mi interior lo pedía a gritos, tan solo quería verlo una vez más.

El timbre sonó asustandome, cerré la laptop y suspiré. Salí de mi habitación y Harry se asomó.

—Yo voy. Es Jessie —Le sonreí y el asintió. Baje las escaleras y abrí la puerta. — ¡Jessie! —La abracé y ella me correspondió.

—Mi reina. —Me tomó de las manos y me miró. —Mila, espero que no te moleste, hoy no vengo sola.

— ¿Ah no? —Ella sonrió y negó. — ¿Es tu primo?

—No, en realidad... —Un joven de cabello rojo se asomo detrás de ella y sonrio.

—Por fin estacione el auto, una señora me grito y casi me lanza con frutas por haberte tocado el trasero cuando bajaste—Jessie río por lo bajo.

—Michael, ella es Mila —Me presentó —Mila, el es Michael, mi novio. —Sonrió.

—Hola. —Le sonreí amable. —Es un gusto. —ambos nos dimos la mano.

—Mila, es un placer. Jessie me ha dicho mucho de ti, estaba ansioso por conocerte. —Parecía muy amable.

—Mila, veníamos a buscarte, iremos a ver a un viejo amigo de Michael que trabaja en una tienda de música, quiero que vengas.

—No lo se, Harry no me dejara ir. —Hice una mueca.

—Yo lo convenzo, además, estarás conmigo.

—Seguramente quiera acompañarme, últimamente estoy siendo vigilada. —hablé moviendo mis manos.

—Lo sé, tu eres muy peligrosa —Rio— Anda, hasta el puede venir con Louis.

—Supongo. Iré a decirle. Pasen mientras tanto. —hablé haciéndome a un lado y dejándolos entrar.

(...)