8 de agosto de 2017
"Apúrate, llámalo"
Oigo como la otra vez y abro los ojos. De nuevo estoy en una especie de lapsus de sueño. Esto es a lo que llaman ¿soñar despierta? Me levanto de dónde estoy sentada, es una sala de espera del hospital. Maldita sea, como odio los hospitales. Camino por los pasillos del edificio aparentemente vacío y vuelvo a oír en eco las voces.
"Rápido, llama al doctor"
Veo a una enfermera salir corriendo de una habitación que reconozco enseguida y detengo mi andar en la puerta.
No quiero entrar ahí...
La gente que corre no me ve cuando pasan buscando al médico, que al parecer no aparece, soy invisible para ellos. Tomo fuerza y cruzo la puerta, no me queda de otra, no veo otro camino. Visualizo a mi papá postrado en aquella camilla, como cuando lo vi por última vez. Trago saliva y me le acerco, él me sonríe.
―Jovencita, le daría esto a mi hija ―papá me sonríe y sin reconocerme me entrega un pequeño papel con la letra "R" escrita en este.
―Sí... ―digo nerviosa y agarro la nota con mi mano temblando.
Me giro para irme pero él me agarra del brazo con fuerza, entonces me detengo a observarlo.
―No confíes en nadie... ―expresa seriamente ―solo en tu instinto...
―¿Instinto? ―quedo pensativa ―Christopher...
~~~
Siento una lengua en mi cara y me río. Abro los ojos y me encuentro con esos ojos amarillos, le sonrío al lobo, al cual luego abrazo.
―Chris, eres tú ―lo rodeo con mis brazos rodeando su pelaje negro ―no te reconocí, estás es enorme.
Mi padre era un cuidador en una reserva de animales, Christopher era un pequeño cachorro de lobito cuando lo trajeron allí, decían que iba a morir y que debían sacrificarlo para que no sufriera, pero yo me opuse y conseguí que los dueños del lugar desistieran de esa atroz idea. Era muy pequeña en ese entonces y aun así intente que el diminuto animalito se salvara, lo cuide con mucho amor y lo logre. Luego no lo vi más, papá enfermo y tuvo que dejar la reserva, ya no pude ir.
Me levanto del suelo, percatándome.
―No será acaso... ¿La reserva? ―observo el lugar.
Debo estar delirando, pero ya ha pasado mucho tiempo como para reconocerlo, además este lugar es muy extraño para que lo sea.
Camino con el lobo alejándome del acantilado, intento no pensar en las muertes que ha habido, pero es imposible, lagrimas ya están cayendo de mis ojos. Ya es de día y no hay regreso a lo que ocurrió en la noche. Todos están muertos, Thais, Marian, Axel...
Me detengo cuando el lobo gruñe y entonces cuando lo visualizo, frunzo el ceño con notable odio.
―Hansel...
―Te dije que no lo soy ―se ríe el castaño que avanza hacia nosotros con aire de tranquilidad ―ese está muerto... ―mueve la mano ―¿Me vas a decir quién te dio el cuchillo? ―ladea la cabeza.
Miro al lobo y vuelvo a obsérvalo a él.
―Ni idea, solo apareció...
―Será qué... ―señala a Christopher ―¡Bingo! Ya sé de quién me tengo que deshacer ―vuelve a reírse.
―Aléjate de Chris ―digo poniéndome delante del lobo ―¡¡No permitiré que nadie más muera!! ―le grito enfurecida.
―¿Y tú qué puedes hacer contra mí? ―se relame los labios.
« Piensa, piensa Aneliz... » Me digo a mi misma.
Observo el lugar detenidamente y visualizo unas piedras a un costado. Corro hasta estas y comienzo a tirárselas, lo que provoca que retroceda.
―¡¡Estás loca!! ―se queja y chilla cuando le doy en el ojo ―¡Ah!
―Al parecer no eres tan invencible ―salimos corriendo antes de que pueda hacer algo más ―¡¡Adiós!!
Sigo al lobo que avanza en el camino y presiento que el falso Hansel nos persigue, pero no miro atrás. Cuando creo que lo perdemos Christopher cambia de dirección y yo giro también para dónde se dirige, aunque me detengo cuando llegamos a la entrada de la cueva de antes.
―¿Estás seguro de que no me caerán piedras otra vez? ―opino nerviosa y el animal avanza sin detenerse, así que de igual forma lo sigo.
Termina agarrando con sus dientes el cuchillo del suelo y devolviéndomelo. Estoy sorprendida pero lo guardo rápido. Avanzo por dentro de la cueva y voy más al fondo, llego al final o lo que creo que es el final del camino.
Hay una reja en forma de cuadricula que impide el paso. Apoyo mi mano sana en esta y forcejeo con esta, pero no hay caso, es imposible abrirla. Oigo un ruido detrás de mí y me paralizo. Me giro lentamente, el lobo gruñe mirando hacia afuera y yo respiro agitada por el terror.
No hay salida, este podría ser mi fin y a tan solo tres días de llegar al tiempo, que he de suponer que se terminara todo o eso espero.
~•~
Mira la portada.
—A.
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16 Días
Mystery / ThrillerEstá atrapada en un lugar extraño, termina confundiéndose más al pasar el tiempo y las preguntas comienzan a acumularse. ¿Cómo ha llegado hasta ahí? ¿Cómo se salvará? Vamos a jugar... Sólo tiene 16 días. Ni uno menos, ni uno más ¿Estará lista para...