Capitulo Xl

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POV Christian

Llego a mi casa, por la situación, o no sé qué con exactitud; odio este lugar. Se me hace vacío, frío, deprimente... así como era mi vida antes de ella. A pesar que durante años mi cuerpo fue disciplinado, hoy no puedo soportar el dolor. ¿Por que el maldito secuestrador no llama para pedir dinero para el rescate? He tenido que recurrir a todo mi auto control para no volverme loco. Pero ya no creo soportar más tiempo, no puedo seguir viviendo en la incertidumbre si la volveré a ver o no. Extraño a mi Ana.

- Señor Grey, buenas tardes- sale Gail del área de servicio y me saluda desde el vestíbulo.

- Buenas tardes, Gail ¿No ha llamado nadie durante mi ausencia?- Di que llamó mi nena, ¿se comunicó contigo? ¡Por favor!

- No, señor Grey- mi decepción es evidente. El vacío en mi interior se hace más grande a cada minuto.-Cenaremos esta noche pollo a la cazadora...- suena esperanzada.

- Me parece bien...

Sin cruzar más palabras, me dirijo a mi estudio. Esa estancia es mi refugio, el resto del ático me atormenta. Mi casa, y mi vida están vacíos sin mi Anastasia.

No soy un hombre religioso, pero ya no sé qué más hacer. Tengo todos mis recursos en juego, mi familia la he vuelto a apartar de mi lado, no tengo cabeza para el trabajo, y no tengo noticias de ella. No solo por mí, para dejar de sufrir, también por la gente que la ama, por nuestro hijo, que está en su interior... ¡Por favor, Dios! Solo déjame escuchar su voz! Solo quiero saber qué está bien. Solo necesito saber que no le han hecho daño...

Escucho un toquecito en la puerta, rápidamente limpio los rastros de mis lagrimas, y dejo esta plegaria silenciosa con Dios para después.

- Pase- es Jason

- Señor Grey, el joven Rodríguez, está aquí y desea verlo.

-¿José?

- Si señor- responde Jason.

- Ok, dígale que espera en la sala...ya voy.

¿Que querrá José? ¿Y si trae noticias de Ana? Tal vez ella se comunicó con el. Salgo de inmediato de mi oficina. Espero que él me tenga novedades.

- José- le tiendo mi mano.

- Christian- el coge mi mano.

- Debo reconocer que me sorprende su visita.- Ambos nos sentamos

- Quise venir a verlo ¿Han tenido noticias?

- No... pensé que tal vez Ana, se pudo haber comunicado contigo... O no sé, si tal vez tienes sospechas de a donde habrá ido.

- No, lo lamento.- Todas mis esperanzas se vienen abajo.

- ¿Desea algo de tomar?

-Un vaso de jugo estará bien... No tengo apuro.- me responde José mientras veo que nervioso frota sus manos en su regazo.

Le llamó a Gail para que le sirva a José su jugo y para mi pido una copa de Armañac.

-Si no venías a buscar a Ana, y tampoco a  apoyar de alguna manera, y es más que obvio que no sabes nada, ¿A qué has venido?- le pregunto contundente.

Ana no está aquí, y de antemano sabe que su amiguito nunca me ha agradado, así que aprovecho que no está esa presencia de paz y prudencia y le interrogó contundente. Soy desconfiado por naturaleza y este tío nunca me ha inspirado confianza.

- No...la verdad es que yo venía a despedirme de ti... No tengo nada más que hacer aquí.

-¿De mí? ¿Porque? ¿Volverás a Portland?- balbuceó sorprendido, de todos quienes lo esperaba, el es el último que imaginé.

¿ Donde Estas Anastasia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora